Viernes, 10 de junio de 2016 | Hoy
COSAS VEREDES
Un sitio tumblr expone la tendencia de afiches promocionales de films y programas de tevé de “cortarles” la cabeza a los personajes femeninos. Mucha pierna, mucho escote, pero pocas caras femeninas en cantidad de posters de películas.
Por Guadalupe Treibel
“Maldita sea, Hollywood, ¡queremos tener cabeza!”, demanda la comediante de stand-up y líder de la banda indie Free The Mind, Marcia Belsky. Una joven oriunda de Oklahoma que actualmente vive en Nueva York y que, cuando no hace digno uso de la observación perspicaz y la filosa humorada para descollar con su stand-up feminista, regentea un sitio tumblr devenido sensación viral. No es para menos, visto y considerando que el sexismo en Hollywood está en el candelero, y más y más actrices (Chloë Sevigny, una de las más recientes) se animan a denunciar acoso, discriminación por edad, menor salario que sus contrafiguras masculinas, entre otras inequidades propias de la industria; y de tantas otras, mal que nos pese. Cuestión que, con el tópico vigente, Belsky ha hallado un novedoso modo de poner lumbre sobre la inicua situación de hecho: mostrar cómo gran número de afiches promocionales de films y series de televisión “decapitan” a las mujeres. No al estilo de María Antonieta o Madame du Barry, de más está aclarar: simbólicamente, prefiriendo mostrar sus piernas, cola o delantera antes que sus rostros o, por caso, las presuntas ventanas del alma (léase, los ojos).
“Mi intención es poner la atención sobre una práctica que deshumaniza a las mujeres y las convierte en meros fetiches mediante imágenes que vemos en películas, en televisión, en portadas de libros o en los anuncios”, ofrece la despabilada Marcia, creadora de Headless Women of Hollywood, la web en cuestión, en actividad desde mediados del pasado abril. Web que pone sobre el tapete una inquietante tendencia que ni siquiera puede increpársele a tal o cual género cinematográfico: sea ficción, drama, acción, comedia, terror ¡o infantiles!, altas son las chances de que la cabeza de damas y señoritas no lleguen al poster, a diferencia, claro, de otras partes de su anatomía. Ni siquiera las cintas donde ellas son protagonistas dan a las mujeres respiro (o, por caso, boca para inhalar, exhalar), como queda evidenciado en parte de la selección de Belsky. Porque no solo Porky’s o varios James Bond usan el recurso: incluso afiches de largometrajes pro-ladies como A League of Their Own, Los Ángeles de Charlie, Sisterhood of the Traveling Pants o Buffy la Cazavampiros (1992), o programas como Terminator: The Sarah Connor Chronicles reciben el mismo tratamiento fragmentador, deshumanizador, cosificador, fetichista. Qué va, ni Minios queda indemne…
“Estos carteles perpetúan la idea de que el valor de una mujer depende de cuán atractiva resulte para los varones, y no de su personalidad. La cabeza es, antes que nada, la parte pensante del cuerpo humano, donde residen nuestras motivaciones y sentimientos. Que a diario nos bombardeen con este tipo de imágenes, de muchachas ‘decapitadas’, es una forma persistente de decirnos que nuestros pensamientos, sensaciones, ideas no existen, o simplemente no interesan”, subraya la indignada Belsky frente a un remanido cliché que, de tan frecuente, ya escapa a la mirada de varios muchos. De hecho, entre las loas que sus seguidores le lanzan, no han faltado mensajes como: “Pensé que era un consumidor crítico de los medios y la cultura pop, pero me he dado cuenta de que estoy contaminado. Realmente me has abierto los ojos”.
“La eliminación de la cabeza convierte a la mujer en un objeto pasivo ante la mirada masculina. Además, los rasgos faciales son los que permiten reconocer a las personas. Es la cara quien nos convierte en individuos y cuando se borra, se desprende el mensaje de que todas las mujeres son intercambiables. Quiero lograr que las niñas tengan un sentido de sí mismas más allá de sus cuerpos y de ser atractivas para los hombres”, cuenta la artista al diario El País, que -a su vez, frente a los dichos de Marcia- destaca cómo, “por profundos, necesarios o principales que puedan ser los personajes que interpretan, las actrices quedan simplificadas a una colección de partes del cuerpo estratégicamente seleccionadas para convertirlas en símbolo de un único mensaje: el sexo. Las intérpretes, como Alicia en el país de las maravillas, deberían huir de las Reinas de Corazones de los estudios de Hollywood que las persiguen al grito de: ‘¡Qué le corten la cabeza!’”.
En efecto, esta convención -que deshumaniza a las mujeres y las reduce a un mero conjunto de partes físicas donde, oh casualidad, falta el cerebro- omite la complejidad de las damas y las convierte en simples accesorios, valiosos por su capacidad para proveer sexo. “Cuando la mujer es constantemente representada como mero cuerpo, las niñas acaban internalizando desde temprana edad que ese es su valor principal, por encima de todo”, anota la comediante. Un potencial peligro que, acorde a MB, tiene más de una consecuencia, con peques suponiéndose intercambiables, reemplazables. “Es realmente frustrante ver mujeres sin cabeza en todos, todos lados. La ‘decapitación’ se ha vuelto normal; por eso quería generar consciencia sobre la gravedad del caso, pero hacerlo de modo tal que generara un cachito de risa en vez del llanto propio de esta tragedia”, explica la doña.
Interrogada por el medio ibérico sobre por qué cree que la industria “se resiste a poner fin a la dictadura de la sexualización femenina”, su respuesta es evidente: “Imagino que ayudará a vender porque es un truco de marketing repetido durante años. Mientras la objetivación les siga ayudando a ganar dinero, los estudios lo seguirán haciendo”. Desvaída estrategia, al constatar que -como han corroborado innumerables estudios- las mujeres componen más de la mitad de espectadores, y compran sus propias entradas. A cambio merecerían que al menos los afiches les devolvieran menos escote, taco o brazos sueltos, y más cabeza, ¿no?
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