“Capturando la belleza, la valentía y el profundo impacto de quienes han escapado –por poco– a la muerte, la fotoperiodista Emily Goddard ha revelado un proyecto único intitulado ‘When death leaves his mark’ (en castellano, ‘Cuando la muerte deja su marca’). Nacido de su curiosidad mórbida con su propia mortalidad, la cautivadora serie presenta una variedad de heridas que sirven como recordatorio de historias poderosas”, anota el sitio Dazed, desplegando la flamante obra de una joven e ignota artista británica, recientemente graduada de la Universidad de Goldsmith, en UK. “Una de las fotógrafas más interesantes del momento”, a decir de webs como Konbini, subyugadas por las contundentes imágenes de personas que, a decir de la muchacha, “deberían ser vistas como guerreras que han vencido en la batalla más desafiante, no víctimas”. Con tal fin, EG retrata a hombres y mujeres que han padecido incendios, incisiones quirúrgicas, lobectomías del lóbulo frontal, entre otros impactos físicos que han virado sus respectivas vidas. Dejando, dicho sea de paso, marcas visibles -e invisibles- que la damisela atrapa con su lente.

“Desde pequeña, siempre he sentido fascinación por deformidades y cicatrices. Sin querer sonar demasiado peculiar, siento particular curiosidad por la muerte, que me resulta fascinante y aterradora en igual medida”, ofrece Goddard, aclarando que “hay belleza en absolutamente todos, aunque tengamos que seguir lidiando y confrontando con la absurda e imposible versión estereotipada de preciosidad”. Agradeciendo, por otra parte, el arrojo de sus retratados al mostrarse “en su estado más vulnerable”, destaca Emily que “no fue fácil para ninguno de ellos, pero se han prestado con tanta apertura y disposición que no puedo sino subrayar el coraje de todos y cada uno”. Y asegura que “es su fortaleza la que brilla y atraviesa todas las fotografías”. Fotografías que documentan cicatrices radicales para evidenciar lo que subyace detrás.

Más en www.instagram.com/emilysgoddard