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Viernes, 8 de abril de 2005

POLíTICA

la cedaw sobre rueda (o viceversa)

Susana Rueda, la primera dirigente sindical que ocupa un lugar en la conducción de la CGT, suma su voz a favor de la ratificación del protocolo de la Cedaw, una sigla en inglés que encierra una herramienta vital para erradicar toda forma de discriminación contra las mujeres. Su opinión no es casual, ya que es en el mundo del trabajo donde las inequidades son más explícitas.

Por S.S.

“La Cedaw ayudaría a luchar contra la discriminación laboral, la violencia en el trabajo, el acoso sexual y moral que soportan millones de mujeres para poder llevar el plato de comida a la casa”, declaró Susana Rueda, secretaria general de la Confederación General de Trabajadores (CGT) en diálogo con Las/12. A cinco días de que el Senado trate la ratificación del Protocolo Facultativo, complementario de la Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (Cedaw), la sindicalista se mostró molesta con el uso político del tema: “Hacen foco en la cuestión del aborto cuando la Convención habla de garantizar los derechos humanos de las mujeres.”

–¿En qué podría beneficiar a las mujeres la ratificación de la Cedaw?

–Desde el punto de vista legislativo es muy importante que tengamos herramientas que protejan a las mujeres del sometimiento y de la esclavitud. En este momento tenemos una gran cantidad de niñas y adolescentes embarazadas, y éste es un tema que nos pasa a los trabajadores. No pasa en las clases que tienen la posibilidad de elegir y que tienen acceso a la educación. Entonces, tener una legislación que establezca el marco de referencia para hacer posible que no se discrimine es fundamental para nuestro país.

–¿Cómo analiza la posibilidad de su ratificación?

–Hay muchos legisladores, varones y mujeres, comprometidos con un avance de nuestra sociedad hacia mayores protecciones y mayores oportunidades. Así que si se da un buen debate, es probable que se ratifique.

–La Cedaw abre la posibilidad de denunciar en el exterior las violaciones de los derechos de las mujeres, ya sean masivas o de casos particulares. ¿Qué opina de eso?

–Entiendo que hay situaciones extremas donde la visión de la humanidad toma sentido, por ejemplo los casos de mujeres tan vulneradas que hasta les practican la ablación del clítoris. Ahora, cuando hablamos de cuestiones que tienen que ver con la discriminación de todos los días en el trabajo, en la participación política, sindical, cultural, pienso que tenemos que encontrar herramientas internas en nuestro país. Porque hay que cambiar las pautas culturales aprendidas a través de la educación y la familia; y eso se logra a través de nuevas pautas que logremos transmitir a nivel local, regional y nacional. A mí me parece que lo más importante de esta ratificación es la posibilidad de que todas las mujeres conozcan sus derechos y sus oportunidades. Instalar el tema de que los derechos de las mujeres son también derechos humanos. Tenemos que entender que la posibilidad de cambio de sociedad, en un proyecto nacional que contenga a todas y todos los argentinos, pasa por la formación de las mujeres fundamentalmente; porque hoy el sector más marginado de la educación y del trabajo es el de las mujeres.

–¿Cuál es la situación de las mujeres en el ámbito laboral?

–Hay distintas líneas para medir esto. Tenemos datos de la OIT, del Indec, del Ministerio de Trabajo y del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Por un lado, la mujer tiene más posibilidades de trabajo que los hombres, pero de cada 10 personas desocupadas, 7 son mujeres, lo cualindica que hay mayor necesidad de trabajo de ellas. Tenemos un 30 y pico por ciento de mujeres jefas de hogar, es la cifra más alta de América latina. Esto tiene que ver con su mayor participación en el trabajo, porque la mujer hace cualquier cosa para mantener su hogar. Entonces, eso ha servido en los últimos 20 años para precarizar el trabajo. A la mujer se le paga menos salario que al varón en la misma tarea y con la misma responsabilidad: un 34 por ciento menos en cualquier actividad, y un 44 por ciento en niveles gerenciales. Y la proporción de mujeres CEOs en nuestro país es el 1,5 por ciento. Entonces, realmente, la discriminación y la segregación de la mujer en nuestro país hoy está en los niveles más altos.

–¿Plantea estos temas en la CGT?

–Son temas absolutamente sindicales, porque reconocer que la mayor presencia femenina en el mundo laboral fue utilizada por el neoliberalismo para la precarización del trabajo es un tema sindical. El sindicalismo nació como una herramienta de la solidaridad del trabajo para luchar contra las discriminaciones, las diferencias y las desigualdades. Pero es un tema difícil de comprender en el marco masculino que han tenido las organizaciones sindicales en general, y que además se trasunta en la CGT. Acá tenemos un 40 por ciento de mujeres que forman parte de las organizaciones laborales; sin embargo, hoy integramos el consejo directivo cinco mujeres, lo cual representa el 15 por ciento de los 33 cargos que tiene el consejo.

–¿Ha logrado cambios favorables a los derechos de las mujeres en sus compañeros de la CGT?

–(Sonríe y piensa unos segundos) Digamos que algunos compañeros no tienen nada que cambiar porque no tengo problemas, me tratan de igual a igual. Otros están haciendo el esfuerzo de reconocerme como una par. Y otros no me aceptan como par y tratan permanentemente de potenciar un modelo de mujer sometida a las decisiones de ellos. Por eso, evidentemente, muchas veces tratan de marginarme de las reuniones o de las decisiones. Remontar es complicado, pero lo sigo haciendo.

–En su carrera habrá pasado por muchas situaciones de ese tipo.

–Muchas y difíciles. Incluso cosas que afectaron a mi familia y a mi pareja. Situaciones para intentar desprestigiarme como mujer; inventarme situaciones amorosas inexistentes. Golpes bajos.

–Algo que jamás afectaría a un hombre.

–Eso tiene que ver con un modelo cultural que tenemos aprendido.

–¿Qué opina del estudio, que se conoció hace unos días, que dice que los lindos consiguen más trabajo que los feos?

–Hace unos 8 años que analizamos este tema, porque la discriminación por belleza entre comillas, porque también es un parámetro impuesto, es un tema muy fuerte en muchos países. Cuando vos leés en un aviso “buena presencia”, ¿qué significa esto y quién puede acceder a la buena presencia? Eso es discriminación y afecta al empleo. Es muy seria la discriminación en nuestro país por la belleza y por la obesidad. Pero, además, las más discriminadas por la belleza somos las mujeres.

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