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El volumen 2 de Fashion Now, lectura indispensable para informarse acerca del quién es quién en la moda del siglo XXI, reúne perfiles e imágenes representativas de 160 diseñadores, seleccionados con la mirada arbitraria y siempre avant garde de la revista inglesa i-D. En sus casi 600 páginas, además de emitir opiniones sobre los últimos nombres y los clásicos y el ascendente mercado de la moda masculina, por sobre todas las cosas se registran los cambios vertiginosos y las nuevas coordenadas en el mapa de la moda.

El tour se inicia con Adidas y no sorprende, porque desde que los RMC cantaron Mis adidas nadie imaginó el salto de las democráticas zapatillas Gazelle a calzado de culto, ni las futuras asociaciones entre vanguardia y moda deportiva, como la entablada por la firma alemana con Yohji Yamamoto –para el proyecto bautizado Y 3’s–, ni que a Karl Lagerfeld, diseñador de Chanel y Lagerfeld Gallery, entre muchas otras marcas, y fotógrafo en su tiempo libre, le podría interesar retratar a usuarios de ropa deportiva.

El cocktail concluye con Zucca, una firma diseñada por el japonés Akira Onozuka e instalada en París, que propone atuendos de precios democráticos y desarrollos en ropa de trabajo. En el medio, diseñadores radicales conviven con el establishment –léase Miss Sixty, Versace, Prada y todas las marcas compradas por ese grupo–, y también se dedica un espacio privilegiado a los directores globales de las compañías de moda, señales de los nuevos modos de abordar la moda y la pérdida de la poesía de los couturiers.

LOS NUEVOS DUOS

La irrupción de parejas de diseño es una nueva tendencia que tiene como líderes indiscutibles a los holandeses Viktor&Rolf, creadores de happenings de moda como el de un perfume imposible de ser destapado y que, recientemente, fue seguido por otro real y cautivante, llamado Flower Bomb. Tal vez el lector, haciendo zapping en algún canal dedicado a la moda, se haya topado con la marca D Squared, dos hermanos gemelos y bronceados en color terracota, llamados Dan y Dean Caten, que hacen ropa obvia y puesta de aviones en la pasarela o escenas de playa. Ellos tienen su fashion profile.

Pero existen casos más serios e interesantes, como E 2, la firma dedicada a transformar tesoros vintage con preciosismo: “Cada pieza narra una nueva historia”, suelen decir Michele y Olivier Chatenett, sus autores. Así como ellos suelen asesorar a firmas clásicas francesas como Hermès, otro dúo, el compuesto por Mark Eley y Wakako Kishimoto, expertos en textiles, abastecieron de estampas a McQueen, Hussein Chalayan y ahora cotizan algo entre seguidores de la moda con su marca propia, Eley Kishimoto. “Nuestro trabajo refleja las paranoias modernas, la belleza y la vanidad”, enuncian los diseñadores de Boudicca (Zowie Broach y Brian Kindy). Desde Blaak, Aaron Sharif y Sachiko Okada representan a la nueva camada del diseño inglés: moda callejera y de novedosas elaboraciones alrededor de lo tribal resulta de que sus diseñadores combinan estudios de periodismo, antropología, fotografía y moda, por supuesto. Se desempeñan como docentes en la Saint Martin School of Design y son muy celebrados en las semanas de colecciones de París. Y, finalmente, con la etiqueta Preen, Justin Thornton y Thea Bregáis proponen innovaciones sobre la sastrería clásica; mal no les va: su línea de ropa masculina ocupa buena parte de los guardarropas de David Bowie e Ewan Mc Gregor.

NUEVOS CONCEPTUALES

La categoría que tiene como santo patrono al belga Martin Margiela hace lugar para Jeff Griffin, un experto en ropa utilitaria e innovadora a la vez. Reflexiona sobre la ropa militar: uno de sus diseños más representativos consiste en una chaqueta que funciona como bolsa de dormir. Tiene tiendas conceptuales en Londres y Tokio, pero él prefiere trabajar desde la casa rural que habita con su esposa e hijos. Mientras tanto, el alemán Lutz Huelle se hizo un lugar en la moda parisina con sus raras mezclas: camperas rockers con recursos de algún frac. Peter Jensvien es dinamarqués y suele afirmar que se inspira en antiheroínas. Sus colecciones demuestran vastos conocimientos en técnicas textiles y de bordados, y suelen estar dedicadas a Gertrude Stein o la patinadora artística Tonya Harding. Desde Rusia, Denis Simachev, diseñador, peluquero con experiencia en publicidad, crea colecciones que reflexionan con humor sobre la herencia cultural rusa. Y un extraño caso de moda surgido en Los Angeles lo simboliza Rick Owens: los críticos suelen referirse a su obra como “piensen en Frankenstein y Greta Garbo enamorándose en un bar de cultores del cuero”.

CLASICOS REINTERPRETADOS

Burberry Prorsum es la nueva denominación de la firma inglesa fundada en 1856, ahora renovada y en manos del diseñador Christopher Bailey, quien –entre otras estrategias– transformó el célebre trench coat que Humphrey Bogart inmortalizó en el film Casablanca en una capita en miniatura. Del lado de la alta costura, la casa Rochas está en manos del belga Olivier Theyskens, dueño de un pelo largo y lacio que representa –ya– una perversa aparición de moda. Y no sólo eso: tiene, además, un currículum que incluye haber vivido en una casa gótica y coleccionar cabezas de animales muertos, pero cuando diseña reinterpreta a la perfección los encajes chantilly, el rosa y los trajes de noche que caracterizan a esa marca.

Desde 2003, con el retiro del fundador de la firma de jeanswear y ropa interior más mediática de la historia de la moda, los básicos de Calvin Klein para mujer quedaron en manos de un diseñador brasileño llamado Francisco Costa. Todo seguidor de la moda conoce a Comme des Garçons, creadora de un estilo bautizado Hiroshima Chic y madre espiritual del movimiento de moda surgido desde Japón hacia el mundo. Algunos nuevos casos hechos en Japón son Bathing Ape, firma de pantalones camuflados y atuendos hiphoperos para los japoneses cuyos consumidores más célebres son los integrantes del grupo Massive Atack; Number Nine, un proyecto de Takahiro Miyashita, diseñador autodidacto que hace citas al rock’n’roll. Y Undercover, la marca mediante la cual Jun Takahashi dispara sus propuestas de costura subversiva. En su tienda del distrito Omotesando se consiguen las cinco líneas: Undercover, Undercoverism, Undakovit, Undakrovist y Undakrov.

A-POC alude a una pieza de tela que, en 1998, el gran Issey Miyake llevó a las pasarelas en la búsqueda de nuevas prendas funcionales: a la colección inicial la lucieron 23 modelos conectadas a un tubo de tela. Miyake y su asistente y pareja, Dai Fujiwara, continúan abocados a esas investigaciones, mientras que la marca Miyake ahora está en manos del diseñador Naoki Takizawa.

LATINOAMERICANOS

Además del brasileño Alexandre Herchcovitch, cuya última y genial noticia de moda consiste en el diseño de uniformes para los empleados de McDonald’s para todo Brasil, Fashion Now 2 incluye un perfil de la diseñadora argentina Jessica Trosman, retratada por la fotógrafa Ana Armendáriz. Se afirma que, en simultáneo con los locales de Buenos Aires, desde 2004 la diseñadora vende a un showroom parisino llamado Mc2 las piezas que desarrolla en su estudio y ex local de autopartes de la calle Humboldt, y que, a la vez, tiene un contrato con Onward Kashiyama, quien compra sus diseños y los fabrica en Japón.

Algunas apreciaciones de Trosman sobre su método, fuera del esquema de preguntas y respuestas emblemáticas de i-D: “El secreto de mis prendas está en que no te des cuenta de cómo fueron hechas. Cansada de usar adornos de plástico en mis diseños, busqué una variante: probé partiéndolos, luego los pegué sobre telas y surgieron los collares que son un hit en París y en Tokio. Para mí el hecho en la Argentina se da por la etiqueta, no hay una búsqueda de la identidad”.