Viernes, 3 de febrero de 2006 | Hoy
INUTILíSIMO
Más que en otras estaciones, en el verano nuestro cutis tiende a brillar por exceso de grasitud y además se multiplican los antiestéticos puntos negros por causa del hollín de las grandes ciudades. Se impone, entonces, un régimen de comidas sano –libre de frituras, picantes, chocolates, embutidos y otras cosas ricas– y una limpieza a fondo, después de la cual habrá que aplicarse tónicos y cremas adecuados a cada tipo de epidermis. El Anuario de la Mujer (Buenos Aires, 1931) viene una vez más a socorrernos con recetas infalibles para depurar y embellecer la piel del rostro.
“Como primera medida –escribe Madame Dalor en la citada publicación– corresponde una higiene perfecta, a continuación masajes cremosos y luego compresas tónicas.” Contrariamente a lo que podríamos pensar, este proceso se debe realizar antes de maquillarse (el tratamiento nocturno se los brindaremos en otra oportunidad). En consecuencia, la higiene matinal se hará de la siguiente manera: “Colocar en el cuenco de la mano una harina de limpieza (una parte de harina de maíz, una de harina de avena y media de harina de almendras amargas, bien mezcladas) y mojarla con un poco de agua hasta forma una pasta con la cual se limpia el cutis, masajeando de la siguiente forma con movimientos circulares: partiendo del mentón hacia las orejas (sin tocar los orbiculares) y la frente del mismo modo, yendo del centro a las sienes. Acentuar el frotamiento en el mentón y en las aletas de la nariz para favorecer la expulsión de los puntos negros, siempre trabajando con las yemas de los dedos. Luego ablucionar bien con agua fría.”
A continuación, se procede a efectuar el masaje con crema, aconsejado a partir de los 25 años. La zona más importante es la que rodea a los ojos y el producto se aplica en los orbiculares superior e inferior, llevando los movimientos hacia las sienes. A cada toque, levantar las manos y no volver nunca atrás porque el efecto sería contraproducente. Este masaje se lleva a cabo con la base de las palmas de las manos y los dedos no deben tocar el cutis. Siempre en forma ascendente para borrar arrugas y marcas de expresión se masajean la frente y las mejillas, hasta que la piel entre en ligero calor.
Terminado el trabajo, se dejará absorber bien la crema por espacio de 15 minutos antes de realizar el enjuagado del rostro con agua fría acondicionada con una cucharadita de almidón. Secar y aplicar compresas tónicas en toda la cara, menos la zona de los ojos. Dejarlas 10 minutos. Las compresas se hacen con retazos de linón y se embeben en una loción hecha con alcohol, glicerina, agua de laurel, leche de almendras dulces y leche de almendras amargas por partes iguales. Una vez seco el rostro podrán ustedes dedicarse tranquilamente a la sesión de maquillaje, seguras de que los afeites permanecerán impecables a lo largo de la jornada, por más acalorada que ésta resulte.
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