Las12 aportó mucho en el sentido de volver tema de tapa cuestiones que antes no se abordaban y desde perspectivas que no se abordaban. En realidad, hasta la aparición de Las12 en los diarios las mujeres no eran abordadas desde perspectivas en las que se debatiera qué les pasaba, se interrogaran las relaciones de subordinación, las instancias de jerarquía existentes y la explotación, y otras problemáticas políticas. En cambio, se seguía hablando a mujeres que hacen manualidades, con consejos para ser delgadas, mejores mamás, todas cuestiones en torno a seguir las reglas que el patriarcado tan bien sabe hacer funcionar y fundar. Las12 tuvo como sujeto a las mujeres pero como seres más complejos y desde una mirada diferente a la que primaba diez años atrás.

En estos años muchas notas me parecieron especiales, fundamentalmente las que refirieron a mujeres de sectores subalternos: desde allí Las12 lo que hizo fue no sólo intentar someter a reflexión qué pasaba en relación con los varones, sino también desnudar situaciones de mujeres que estaban doblemente oprimadas, por condicionamientos de clase y de género. Siento que el suplemento nunca ahorró tinta en abordar esa clase de cosas, como tampoco descuidó aquello que tuviera que ver con pensamiento de mujeres sobre mujeres, los abordajes sobre pensadoras que también resultaron sumamente felices a la hora de volver más inteligibles y cercanas a autoras que por una suerte de mirada académica podrían ser vistas como propias de grupitos muy pequeños. Fue como ponerlas a disposición de mujeres que tenían una preparación distinta, que no necesariamente eran profesionales, los pensamientos de otras mujeres con formaciones académicas fuertes y que no necesariamente escriben de forma accesible.

En estos diez años se metieron con las chicas piqueteras, con los conflictos docentes... donde había mujeres, Las12 se metió a ver qué pasaba.

Pensó múltiples puertas de entrada también sobre otras situaciones: el aborto, la maternidad, las decisiones sobre el cuerpo. No he visto muchos otros medios que se atrevieran a hacerlo así, independientemente de las respuestas que se puedan dar. Por eso creo que este suplemento planteó preguntas que circulaban pero no se corporizaban en un medio. En ese sentido, sigue siendo bastante único. Generalmente, nadie reconoce inscribirse en una raíz que le antecede, tratando de tener memoria histórica, pero estoy segura de que muchas de las cosas que hoy levantan otros diarios tienen que ver con que alguien legitimó el tema primero. No digo que Las12 haya inventado temas, pero sí que se instala en la tradición y mecha en la discusión sobre las mujeres. Lo que vino después, fue porque alguien abrió el campo y fueron las periodistas que se pusieron las polleras y salieron a pelear desde adentro del diario. Creo que el tema no debería ser tanto Las12 y sus lectoras, sino Las12 y las periodistas que le dieron cuerpo, que hicieron prensa para mujeres en un diario dirigido o escrito por hombres.

* Historiadora, Instituto Interdisciplinario de Estudios de Genero, Facultad de Filosofia y Letras, UBA