Hace tiempo que Las12 se han convertido en mi lectura favorita de los viernes. Es mi franco y puedo permitirme leer los diarios de otra manera, pasando por alto algunas secciones, como Economía, que retomaré más tarde. ¿Por qué Las12? Aborda los temas desde una perspectiva de género siempre original. Se le agradece que no sea un suplemento para las superwomen que se alientan desde otros ámbitos. La nota de tapa nos abre los ojos sobre la situación dramática de las minorías. Las historias de Marta Dillon y Soledad Vallejos, decididamente, te llegan al corazón: la de Romina Tejerina, la trata de blancas, los crímenes de Mar del Plata, por citar algunos, cobraron toda su real dimensión desde Las12. Me gusta porque toman posición y lo hacen de una manera que no es políticamente correcta: sin rodeos como con el tema del aborto. Sigo con obsesión los artículos de Victoria Lescano sobre moda. Y quedo atrapada en las historias que escribe Moira Soto. Inutilísima es casi la frutilla del postre: me transporta a los dorados ’50. Y hasta me detengo en los chivos reales. Pero siempre hay yapa como la contratapa con el Proust. Me mato de risa con las confesiones de nuestras actrices... ¿Qué le falta? Me encantaría que dieran más pistas sobre algunas películas y obras de teatro. Y tal vez de algún restaurante... ¿Un reproche? La extraño a María Moreno.

* periodista