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Viernes, 5 de noviembre de 2010

CARTA A CRISTINA DE UNA MADRE DEL DOLOR:

“No será la misma que antes, será más fuerte”

 Por Silvia Irigaray *

No puedo dejar de pensar en Néstor Kirchner... No puedo dejar de pensar en Cristina; con mucho respeto la llamo simplemente por su nombre porque el dolor no se fija en qué casa toca el timbre... simplemente llega, avanza y lastima, tanto que lloramos hasta ahogarnos.

Si me permite, Sra. Presidenta, le cuento lo que sentimos nosotras, un grupo de mujeres que tuvimos, también, una gran pérdida: los primeros tiempos no sabíamos dónde poner tanta tristeza, pensábamos que la vida no era justa, pero aprendimos a vivir todos los días con este gran dolor.

Seguir es una obligación en Homenaje a nuestros Amores y le puedo asegurar que las fuerzas aparecen. Me gusta pensar que se trata de Dios que nos ayuda a seguir adelante. En nuestro caso, una foto de nuestros hijos nos acompaña siempre. Usted seguro hará lo mismo.

Con el tiempo, la profunda tristeza se suaviza. Eso sí... le pasará como a nosotras: no será la misma de antes: será mejor, más fuerte. El dolor y la muerte no tienen que ser en vano.

El jueves la pude acompañar en ese dolor y usted –le agradezco– acarició una foto de Maxi. Le quiero contar que nosotras somos mujeres agradecidas. Nunca habíamos imaginado poder entrar en la Casa de Gobierno. La Casa Rosada antes se miraba desde afuera y, por supuesto, no era del pueblo. Hasta que llegó él y se abrieron las puertas para todos. Parecía realmente increíble.

El Dr. Néstor Kirchner confió en nosotras y nos ayudó en nuestros comienzos. El coincidió con nuestra idea de que era necesaria la unión de los que sufrimos tanto dolor.

Y así nació la Asociación Civil Madres del Dolor, el 10 de diciembre del 2004, para brindar servicios de asistencia y contención a familiares de hechos violentos.

Cada una de nosotras tiene lindísimos y tiernos recuerdos con el ex presidente.

Comparto el mío con ustedes: en agosto del 2006 estábamos invitadas a un acto en la Casa Rosada. Yo estaba muy mal de salud. Terminó el acto y Néstor saludaba a toda la gente; yo no podía casi levantarme de la silla y caminar hacia él. Y el Presidente vino hacia mí. Me acarició la cara, me tomó de los hombros y me pidió que me cuide porque en esas condiciones –me dijo– “No podrás acompañar a nadie”.

Para salir del paso le dije: “Señor, qué linda le queda la corbata colorada”. “No me cambies de tema”, me replicó con una sonrisa y un gesto muy paternal.

Unos meses después volvimos a vernos y contento me exclamó: “¡Estás mucho mejor!”.

Era ni más ni menos que el Presidente de la Nación Argentina, pero estaba hasta en las pequeñas cosas. Por eso, muchas gracias. Y por eso, fuerza Cristina.

* Mamá de Maxi, asesinado en la masacre de Floresta el 29 de diciembre del 2001 e integrante de las Madres del Dolor junto a Viviam Perrone, mamá de Kevin Sedano; Marta Canillas, mamá de Juan Manuel Canillas; Elsa Gómez, mamá de Daniel Sosa; Isabel Yaconis, mamá de Lucila Yaconis; Elvira Torres, mamá de Cristian Gómez; Nora Iglesias, mamá de Marcela Iglesias; Pompeya Gómez, mamá de Cristian Schaerer, y Mónica Marcenac, mamá de Alfredo Marcenac.

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