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En el 2010 murieron 260 mujeres asesinadas por hombres que las consideraban de su propiedad. Pero no todos los hombres son asesinos, ni celosos, posesivos, agresivos: machistas. No todos los hombres son iguales. Pero no se trata sólo de diferenciar, sino también de que ellos alcen la voz para diferenciarse de la violencia machista que lastima, viola o mata.

La iniciativa surgió de Alex Freyre, director Ejecutivo de la Fundación Buenos Aires Sida y el primer integrante –junto con José María Di Bello– de un matrimonio igualitario en la Argentina. El cuenta cómo surgió la idea: “A partir del trabajo asociativo con Darío Witt, director de Casa María Pueblo, decidimos convocar a 260 hombres para expresarnos contra el machismo y la violencia hacia las mujeres. El número fue tomado de los femicidios que trascendieron en los medios durante 2010. Se trata de revisar nuestros comportamientos machistas, construir masculinidades que promuevan la igualdad entre los géneros, pensar cómo actuamos en la vida intrafamiliar y en el espacio público. Se ponen en juego nuestras relaciones de poder, a la hora de levantar los platos de la mesa y de la toma de decisiones en nuestra vida política”.

No se trata –necesariamente– que los 260 varones tengan un currículum intachable en la materia antisexistas, sino de que tengan una predisposición a no discriminar, no ser violentos, ser responsables de la crianza de sus hijos, la vida doméstica, la salud sexual y reproductiva o de no pisarles los talones a sus compañeras de trabajo. El posicionamiento de los varones implica un replanteo de la cultura patriarcal –instalada en la sociedad– y que no basta con que las mujeres la denuncien para que cambie, sino, también, que los varones no sean cómplices de otro varón que maltrata a una mujer o la deja sola si ella se queda embarazada.

Aunque no sólo en las relaciones de pareja hay machismo. Muchas veces los varones ganan más que las mujeres o las subestiman, aunque no compartan la cama (ni los gustos entre las sábanas): Alex es gay. Pero, justamente, su orientación sexual visibiliza que, muchas veces, el machismo no tiene que ver con preferencias eróticas sino con un modo de ejercer la masculinidad. “Esto corre para todos, más allá de quienes son nuestras parejas (mujeres u hombres) o nuestro rol en lo público”, subraya Alex. Y relata: “Convocamos a hombres de la política, del periodismo, del deporte, de la cultura que tengan capacidad de impulsar una campaña compuesta por varios actos en todo el país con 260 hombres rechazando el machismo y repudiando la violencia de género”.

El lunes 28 de febrero se realizó un acto, en el Salón Ramón Carrillo, del Ministerio de Desarrollo Social, en donde se lanzó la campaña “260 hombres contra el machismo”, con la presencia de Alicia Kirchner y la presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres, Lidia Mondelo. Mientras que los varones que dieron el sí a esta iniciativa fueron, entre otros, Carlos Tomada, ministro de Trabajo; Julio Piumato, secretario de Derechos Humanos de la CGT, y el diputado Martín Sabbatella.

Pero la idea es multiplicar las redes de varones antimachismo y que cada uno de los referentes convoque a otros 259 congéneres que estén dispuestos a trabajar para ser hombres nuevos. Entre los que se comprometieron a no discriminar a las mujeres –y terminar con la violencia y la inequidad– están el ministro de Economía, Amado Boudou; el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli; el senador Daniel Filmus; el ministro del Interior, Florencio Randazzo; el legislador porteño Juan Cabandié; el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde; el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, y el empresario Sergio Spolsky, entre otros.

“Hay hombres y mujeres machistas, de hecho todos y todas lo somos; de lo que se trata es de promover un cambio cultural revolucionario, que promueva la igualdad entre los géneros”, convoca Alex. El también apuesta: “La tarea de las organizaciones de mujeres es fundamental, pero si los hombres no nos sumamos será incompleta”.