Viernes, 20 de mayo de 2011 | Hoy
DIEZ PREGUNTAS > A
Por Guadalupe Treibel
–La idea de trabajar el tema de género empezó el año pasado cuando, a través de diferentes talleres, vimos cómo los grupos de mujeres revertían, a través del arte, situaciones de violencia. La fundación (Inti Main, que organiza el festival) se basa en la posibilidad modificadora y sanadora que tiene el arte; comunicacional, más allá de lo artístico. Y nos pareció positivo festejar el centenario del Día Internacional de la Mujer en Jazz al Fin, fecha que celebra la mayor manifestación femenina que se produjo en Europa pidiendo el voto, la igualdad de derechos laborales, de oportunidades y de salario.
–Todo lo que hacemos sigue una línea de investigación; la mayoría somos docentes y ahondamos en el jazz de los primeros años, cuando la mujer formaba parte del escenario pero ni siquiera cantaba canciones propias sino temas vinculados al contexto de los 40’s y los 50’s. Aun cuando parecía algo tan bonito desde lo visual, sonoro e icónico, si uno se toma el trabajo de traducir las letras en realidad estaban diciendo: “Mi nene me pega”, “Mi nene no me da plata”... Nos vinculamos con la idea de cuánto le costó a la mujer poner el cuerpo en el escenario; por eso titulamos el festival “Jazz al Fin. La mujer en cuerpo y voz”. Sabemos que todos los logros son situaciones de andamiaje que permiten sostener lo conseguido y seguir luchando para conseguir más. Al fin y al cabo, esta vida es un proceso de construcción, ¿no?
–En realidad, este año no pensábamos hacerlo. No íbamos a continuar porque –en estas latitudes– es algo muy costoso de armar, aun como fundación. Algunos dicen que es una patriada; otros, algo quijotesco. Pero muchas voces se juntaron para decir que los espacios del interior vinculados a la cultura, una vez cerrados, difícilmente vuelven a remontarse y nos alentaron a una tercera vuelta. Porque, aun cuando se trate de un festival de jazz, nosotras hacemos hincapié en el costado social y pedagógico que lo rodea.
–Nuestra intención es que el jazz llegue a todos los sectores de la sociedad, teniendo en cuenta que es sinónimo de ensamble. Estamos en tratativas con la gente del penal de Río Grande, donde hay mujeres internas, para dar charlas y capacitaciones con las chicas de Yo No Fui, ONG formada por un colectivo de mujeres que estuvieron en la cárcel de Ezeiza por crímenes que no cometieron, y con Mundo Alameda, que trabaja contra el trabajo esclavo, donde el grueso de la mano de obra es femenino. Por otra parte, hemos preparado mesas de debate sobre la mujer y el trabajo, los medios y la violencia, gratuitas y abiertas a la comunidad.
–En el sentido de que puedo ser excelente en lo que hago pero si no ensamblo con vos, no soy nada. No puedo sonar si no es a tu lado. Y es extensible a la vida en Ushuaia donde hay que ensamblar con la comunidad para que no haya espacios en blanco en la vida, aun sabiendo que es momentáneo.
–Como teníamos muy poco tiempo, no abrimos convocatoria. Teníamos muchísimas cosas en carpeta, de artistas que habían mostrado interés en participar de la talla de Roxana Amed y Adrián Iaies, Sophie Lüssi desde Suiza o Fernanda Cunha de Brasil. Vivir en Ushuaia es un privilegio; abre en el imaginario de la gente muchas cosas, comenzando porque es el fin del mundo; aunque, para los que vivimos acá, es el principio de todo. Cada noche hay un grupo local que oficia de anfitrión, como la saxofonista Diana García del Cerro de Del Cerro Trío o Vocal Jazz –extracción que salió del Coro Polifónico del Fin del Mundo.
–Totalmente. Viene a presentar Las Centésimas del Alma, de Violeta Parra, homenaje de una mujer sumamente tenaz y persistente. Además, va a dar un taller sobre cómo musicalizar obras de teatro y propuestas cinematográficas.
–Las chicas de Mujeres en Foco, festival especializado en género, traen cortos y largometrajes y tres bailarinas de la Asociación Julio Bocca (Laura Gerolimetti, Florencia Beltramo y Eugenia Speroni) harán performances donde narrarán, en tres noches, los 201 años de la historia de la mujer en Argentina.
–Hicimos una alianza con la empresa Cape Horn de nuestra ciudad, como un modo de mostrar las producciones locales que tienen que ver con la cerveza artesanal y armamos una ruta cervecero-gastronómica para el público. Además, se hizo una edición limitada para el festival, que ya está en la calle. Y en las etiquetas está nuestra gráfica y el rostro de las cantantes.
–Queremos correr el jazz de la elite. Para nosotros, entra de lleno con lo popular. Por eso elegimos los días, para darle un cierre popular y argentino. Además, tuvimos la suerte de que la embajada de Uruguay tomara las presentaciones de las charrúas Ana Prada y Lea Ben Sasson dentro de sus festejos de Bicentenario y eso nos da un plus de alegría. No sé si para el ojo del crítico de jazz es la mejor agenda; para lo que nosotros buscamos, es la agenda perfecta.
* Presidenta de la Fundación Inti Main y organizadora del Festival Internacional Jazz al Fin, cuya tercera edición se realizará del 23 al 25 de mayo en las ciudades de Ushuaia y Río Grande, en Tierra del Fuego. Bajo el tópico “La mujer en cuerpo y voz”, contará con la presencia de artistas de la talla de Roxana Amed y Adrián Iaies, Carmen Baliero, Sophie Lüssi (Suiza), Fernanda Cunha (Brasil) y Lea Ben Sasson y Ana Prada (Uruguay) y workshops, charlas/debates, proyección y otras actividades vinculadas al género.
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