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Con portada blanca y tipografía gris que en mayúsculas imprentas proclama: Moda. Nuevo diseño argentino, el libro de la periodista especializada Carmen Acevedo Díaz –quien fuera editora y fundadora del suplemento Moda y Belleza del diario La Nación durante más de una década, y autora de Cara y Ceca, una columna de opinión sobre el mundillo de la moda– se erige como una lectura necesaria sobre el quién es quién de las nuevas generaciones del diseño de moda en la Argentina.

Treinta y tres referentes de la moda local con sus perfiles, más un esquema y sistema de preguntas y respuestas, rigen la estructura de este manual publicado por la editorial Olmos y prologado por la socióloga Susana Saulquin.

En el inicio, letra A, Laurencio Adot posa frente a la Torre Eiffel y la toma no es caprichosa: la autora lo califica de “representante de la generación sandwich, el tránsito entre la copia fiel de los postulados de las capitales europeas de la moda y el nuevo diseño”. Y a modo de gran final, en la Z, cierra Nadine Zlotogora con campañas que documentan la colección Recreo –invierno 09– y otra, anterior y del verano 02 con un picnic de posguerra. Agrupadas bajo el postulado La edad de la Inocencia, se afirma que: “En Nadinelandia no hay moda en sus percheros sino una reinvención entrañable y artesanal de la inocencia”.

Aunque rebobina los inicios del movimiento denominado moda de autor y salta a las labores actuales, la evolución y los cambios de muchos de sus integrantes –algunos optaron por otras labores o cambiaron sus tiendas por proyectos puertas adentro–, el libro también hace eje en quienes construyeron marcas alejadas del indie –Jazmín Chebar, María Cher, AY Not Dead– y en los creadores de moda más vinculados con la nueva y alta costura.

Entre tales secuencias, todas y todos los convocados reflexionan acerca de la industria local, sus influencias y las colecciones más emblemáticas de sus labores (hay quienes lo hacen con sentido del humor, algunos con cierta vanidad, otros sin pompa). Se los interroga acerca de sus errores y sus aciertos de diseño, los creadores favoritos, sus fondos de placard, sus máximas y los diversos capítulos de sus sagas de moda. Vale referirse a textuales sobre el modo de hacer moda en la escena local: Desde Presente Absoluto, Araceli Pourcel dictamina: “Lo argentino es lo textil, la nostalgia y el drama, a veces multicolor, otras monocromo”. Mientras que en Elogio de la Síntesis, Pablo Ramírez describe: “Es diversa, poética melancólica y, por sobre todas las cosas, una moda que sin recursos y sin industria logra sobrevivir, superar todas las adversidades y subsistir”.

Vero Ivaldi dixit: “Es interesante pensar en una identidad propia del diseño de indumentaria; hace doce años en el imaginario colectivo cuando se hablaba de diseño se pensaba en París, Milán, Londres o Nueva York, en la actualidad se puede reconocer el diseño en nuestro país como alternativa y como una necesidad”. Mientras que Martín Churba, esgrime: “Diría que hay creadores haciendo moda y creando un contexto para ello, una difícil combinación de tareas”. O la afirmación de Varanasi: “Definitivamente hay una moda argentina y tiene infinitas caras: cada pueblo, cada ciudad, cada tribu urbana o no genera su propia moda, en una metrópoli como Buenos Aires, cada barrio tiene su moda”.

Acerca de las ventajas y desventajas de hacer moda en la Argentina, el diseñador Mariano Toledo sentencia en La Fuerza del Cambio: “Una industria textil devastada, terca e insensible, aunque con honrosas excepciones. Cierta conciencia innata de sentirse europeos plus mano de obra y oficios en extinción”. O la acotación de Florencia Fiocca: “La moda argentina está muy revuelta, hubo un período muy genuino pero ahora volvió a ser muy comercial”.

La enunciación de Laura Valenzuela –apartado Nostalgia Contemporánea– aporta una buena síntesis de la construcción de estilos, ventajas y desventajas mediante: “Cuando egresé de la universidad el concepto de diseñador era nuevo, había poca información, nos hicimos desde la búsqueda y desde la escasez. En mi caso describiendo lo que me brindaba la ciudad y su pasado, hurgueteando en sederías y botonerías de barrio. Crecimos bajo la influencia de docentes, artistas, arquitectos y de filósofos”. Mientras que el escaso apoyo de la industria textil desde los gobiernos, la baja mano de obra calificada, el poco acceso a telas nacionales de alta calidad, son para ella las desventajas.

El puzzle del Nuevo Diseño Argentino, que se presentará oficialmente a fines de mayo, admite también la Vanguardia Geométrica de Kostume, la Sastrería Evolutiva de Vicki Otero, la Tecnología del Recuerdo de Cecilia Gadea, las volumetrías de la arquitecta Min Agostini, las Intervenciones de Carolina Aubele, los dibujos con fluidez de Leandro Domínguez, los jacquards de Mariana Dappiano, los mandalas y los ñandutíes de Juana de Arco, la ropa masculina de He y de Grupo 134. Entre las adjetivaciones de la autora de AY Not Dead deviene: La Banda del Diseño. Evangelina Bomparola construye “La noche Mundana”. Desfilan también la Corsetería de María Pryor, La Identidad sin Cliches de Marcelo Senra, El Juego Recuperado de Pesqueira, el Artesanato High Tech de Trosman, las coloridas creaciones de Benedit Bis.

Este who is who del nuevo diseño logra remixar estilos, generaciones, modernidad con clasicismo en una galería que exhibe tanto a quienes frecuentaron Baf Week, los nuevos arribos en esa pasarela, los participantes del ciclo camp y rico en galas para las soirés Buenos Aires Alta Moda, los certámenes en pequeños y grandes salones y en circuitos foráneos.

Así como la portada se jacta de no ostentar siquiera una foto de moda, los interiores con doscientas páginas rebosan de fotografías de campañas en papel ilustración y cuidado diseño. “Al formato se lo pedimos prestado a Fashion Now”, esgrime Acevedo Díaz desde la introducción acerca del esquema ideado por la publicación inglesa Id junto con la editorial Taschen y que caló hondo en los modos de los libros de moda y de arte de la última década.