Viernes, 18 de noviembre de 2011 | Hoy
SOCIEDAD
Con un malestar generalizado y varios coros de diputadas y diputados en abierto desacuerdo, la Cámara baja avanzó en la firma del dictamen de un proyecto que modifica el régimen de licencias por embarazo y nacimiento. Durante el debate, la mayoría consideró que la iniciativa aprobada en 2010 atrasa unos años; algunas acusaron a la Cámara alta de “cajonear” proyectos de mejor calidad y los que avalaron con su firma dicen que lo hicieron para mejorarlo más adelante”.
Por Roxana Sandá
La norma contempla que el “personal femenino” tendrá licencia hasta 45 días antes y 45 días después del parto, mientras que los hombres no trabajarán durante los 5 días posteriores al nacimiento o a la notificación de la guarda en caso de adopción. Estas licencias se extenderán para los casos de nacimiento antes de término, de parto de alto riesgo o cuando la criatura nazca con discapacidad o enfermedad crónica. “Me parece un avance mínimo en la modificación de la ley, porque sólo hablamos de agregarle tres días a la licencia por paternidad. Y carece de una perspectiva de género: en el proyecto se sigue hablando de maternidad y paternidad, y se excluyen todas las otras formas de vinculación parental, cuando estamos celebrando la sanción del matrimonio igualitario. Una expresión de género real no debería individualizar”, consideró la abogada Ana Nicastro Beneforti, especialista en legislación laboral e integrante del colectivo de mujeres Postnatal de 6 Meses, que reclama “una licencia por maternidad de 210 días distribuidos 30 días antes del parto y 180 días posparto”. “Salvando las distancias, es similar a lo que ocurrió con el debate en comisión por la despenalización del aborto, aunque con suerte distinta”, sostuvo. “Había que meter este proyecto como estaba para que no caducara, tirar para delante, y cuando se trate, veremos si ahora o en 2012, se incluirán las modificaciones que hagan falta, pero no será sencillo”, dice.
Nicastro Beneforti le teme a la escasa permeabilidad de las empresas, sobre todo de las pequeñas y medianas, a la hora de otorgar seis meses de licencia posnatal con percepción íntegra de haberes y gozando de todas las asignaciones que otorga el sistema de seguridad social. “Por eso proponemos que los 180 días sean cubiertos en su totalidad por la Anses.” De perdurar la misma voluntad política en el próximo período legislativo, el Parlamento debería contemplar que las licencias validen para trabajadores y trabajadoras bajo relación laboral, en los ámbitos público o privado, en todo el territorio nacional y cualquiera sea su modalidad de empleo, en relación de dependencia o autónomos. “También debería ampliarse la licencia por paternidad a 20 días hábiles: 5 días antes del parto y 15 días a partir del nacimiento. Que se garantice el derecho a conservar el empleo y el puesto ocupado una vez que madres y padres se reincorporen de sus licencias. Y que éstas sean consideradas tanto para madres y padres biológicos como adoptivos, extensivas a los casos de parejas homoparentales y monoparentales.”
La diputada kirchnerista Juliana Di Tullio, una de las voces irritadas por la sustancia de un plenario que concluyó con 29 votos a favor y 11 en disidencia, dijo que la Cámara baja “aprobó un proyecto mejor hace dos años y el Senado lo cajoneó. Pero avanzar con esta iniciativa mejora la situación. Evitamos que tenga el mismo fin que el anterior y después iremos viendo las modificaciones que sean necesarias”. Un tono similar se les escuchó a otros legisladores que avalaron con la firma pese a su disconformidad, como el socialista Ricardo Cuccovillo, y Roberto Mouillerón, por el bloque Unión Peronista. Sólo la diputada Nora Irurraspe, de Unidad Popular, anticipó que acompañaría en disidencia parcial para plantear más tarde sus cuestionamientos en el pleno de las comisiones de Legislación Laboral, que preside Héctor Recalde, y de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia, a cargo de Claudia Rucci. Pese a los reclamos y quejas, Recalde se fue conforme y manifestó su esperanza de que sea tratado por el pleno de la Cámara de Diputados antes de finalizar 2011.
“Hace poco atendimos el caso de una pareja de mujeres que habían tenido un bebé y las dos lo amamantaban. El planteo era cuál de las dos podía tomar la licencia. Por suerte una de ellas pudo arreglar con su empleador, pero fue en forma encubierta”, relató la abogada, para enumerar algunos de los ejes que deberían ingresar en la próxima agenda. Otros plantean la necesidad de que el posnatal sea obligatorio, no vinculante, “porque hace que la mujer tenga que negociar con el empleador, cuando la relación de fuerzas es absolutamente despareja”. Que las licencias por embarazo riesgoso dejen de ser “una puja entre el médico laboral y el obstetra que atiende a esa mujer”, y que durante el período de excedencia, la madre siga cobrando sus haberes. “Hoy, las trabajadoras con antigüedad laboral mayor a un año, tienen derecho a un período de excedencia de tres a seis meses, pero sin goce de sueldo. Las licencias por nacimiento deben considerarse en función de niñas y niños y de la nueva inclusión laboral de las mujeres, en muchísimos casos sostenes de hogar.”
Fue por lo menos llamativa la diputada correntina María Elena Chieno, del Frente Para la Victoria, al decir que “me da rabia e impotencia tener que votar este proyecto. Creo que tenemos que avanzar porque hay aspectos que están bien contemplados, pero atrasa en eso de mantener los 90 días de licencia por maternidad y no elevarlo a 180 días”.
Por último, la norma precisa que en caso de nacimiento o guarda con fines de adopción múltiple, la licencia de la madre se extenderá en 30 días más por cada hijo a partir del segundo. Se establece que “tanto la madre como el padre” tendrán derecho a la licencia posterior al parto, “aun cuando su hijo naciera sin vida”. Y dispone que toda “trabajadora madre de lactante tenga una hora para amamantar a su hijo en el transcurso de la jornada de trabajo, pudiendo dividirlo en dos períodos o postergando o adelantando en media o en una hora el inicio o el término de la jornada laboral”.
Muchas de las beneficiosas leyes que se dictaron en estos últimos ocho años vienen topándose con un parangón cultural que no está a su altura, acaso uno de los desafíos de estos próximos cuatro años de gobierno. Qué tipo de respuesta dará el empleador a la mujer que precise ausentarse seis meses en el ámbito reducido de una oficina o en el centimetraje que impone el escritorio, escapa de toda normativa. Cómo concientizar a empresarios de la conveniencia de una guardería cercana al lugar de trabajo para la empleada en período de lactancia que vive en Virrey del Pino y trabaja en Flores. De qué se habla cuando al hombre le corresponden diez días de licencia por matrimonio y menos de cinco por paternidad. Entre paréntesis, licencia creada en la prehistoria de los tiempos al solo efecto de que el padre concurriera al Registro Civil para anotar al recién nacido.
“Con la irrupción de las mujeres en el mercado laboral, los Estados necesitan crear una nueva legislación que acompañe este proceso y deben tender a equiparar en derechos y oportunidades entre varones y mujeres en los diferentes ámbitos de su desarrollo”, advirtió Nicastro Beneforti. “Es fundamental garantizarle un desarrollo en su carrera laboral que no se vea afectado por las entradas y salidas ocasionadas en su rol reproductivo, por lo que se vuelve necesario que el mercado laboral tienda a incorporar los ciclos vitales de las mujeres, que terminan siendo una de las principales causas de discriminación.”
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