Viernes, 30 de diciembre de 2011 | Hoy
DIEZ PREGUNTAS A: JACQUELINA FLORES *
Por Clarisa Ercolano
–Fue abrupta, inesperada, con la llegada de una cédula de desalojo al lugar al cual llamo “hogar”. Me quedé con la sensación de miedo, incertidumbre y desamparo, que más tarde se convertiría justamente en el motor de mi lucha. Para los que no lo saben, la historia de la Traza y de su conflicto se remonta a la época de la última dictadura, cuando se expropiaron terrenos y viviendas para la construcción de una autopista. La obra nunca se hizo y las casas fueron ocupadas por familias sin techo.
–Significa la acción concreta en defensa de los derechos no cumplidos. Militante es aquel que deja todo por una causa, por sus convicciones, aquel que pone siempre el interés colectivo por sobre los intereses individuales. La militancia es solidaridad en estado puro, es humildad, es compañerismo, es voluntad de cambio, son las energías puestas en el otro, pero por sobre todas las cosas, es amor y pasión. No alcanza con ir y sacarse la foto con tal o cual, con aspirar a un carguito y después olvidarse de los compañeros y las compañeras y ni siquiera ver los problemas de tu barrio.
–No es nada fácil, pero es una decisión que la vida me llevó a tomar. ¿Por qué yo no puedo tener derecho a una vivienda digna? Obviamente, tenés a toda una sociedad desinformada apuntándote con el dedo intentando hacerte sentir culpable de algo.
–Luchar, que es algo que viene de un debate interno, de una inquietud. Junto con la irreverencia y el no querer conformarme me convirtieron en una luchadora. También es el esfuerzo que se hace para conseguir una cosa, y, en este sentido, he tratado de que los buenos valores fueran tomados por mis hijos. Por sobre todo respeto, buenos modales y algo fundamental para mí: la solidaridad hacia el otro.
–Por supuesto que sí... Pero no es algo a lo que yo le haya dado importancia. Es verdadero y palpable en el día a día que nos enfrentamos a más y crecientes obstáculos, intentando buscar una respuesta creo que llegamos a este mundo signadas y estigmatizadas por arbitrariedades, que están arraigadas al inconsciente social. De todas formas, yo no me reconozco dentro de ninguno de estos prejuicios. Como madre, hija, hermana, nieta no pretendo una reivindicación de la mujer, ya que aceptar ese término no sería reconocer condición de inferioridad, sino simplemente igualdad.
–A la petición de alguien cuando requiere de ayuda. La grandeza de poder pedir ayuda merece respeto.
–Para vivir mi propia vida.
–Ya de muy jovencita decidí qué quería ser y a dónde llegar, soy completamente autónoma en mi crecimiento, todo sirvió para llegar a mi adultez, así que no tengo motivo para sentirme avergonzada.
–No me ha tocado pasar por una circunstancia similar, pero sí creo que toda mujer tiene derecho a decidir sobre su propio cuerpo. Creo que hoy, entre tantos cambios políticos y sociales, se merece y se estaba esperando este debate. Creo que no tendría sentido si no se enmarcase en el marco de otro debate, el de la salud sexual y reproductiva y el de los derechos de las mujeres.
–Más que pensar en un proyecto que después termine siendo ley, optaría por accionar en las leyes ya existentes. Y pensar acciones para su realización. Creo que con eso ya tenemos bastante como para andar el camino. ¤
* Militante social. Trabaja por el derecho a la vivienda digna y a los espacios verdes de los vecinos de la denominada Traza ex Au3, un sector de terrenos que actualmente están en disputa con el gobierno de la Ciudad. Nació en Córdoba hace 42 años y actualmente es una de las referentes encargadas de seguir las determinaciones legislativas relativas a la Traza en las comisiones de Vivienda y Espacio Público.
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