Viernes, 25 de mayo de 2012 | Hoy
PANTALLA PLANA
Hace ya un tiempo que el tan prestigioso como cuestionablemente serio Discovery Channel se desdobló en un canal que cambia a los pingüinos por personas y al documental de observación por el reality.
Por Marina Yuszczuk
Un recorrido por la programación actual de Discovery Home&Health revela que en el canal hay poco de hogar (algún programa de decoración por allí) y todavía menos de salud (si por salud se entiende médicos dando consejos, o clases de gimnasia). En cambio hay mucho de cambios de vestuario, cambios de looks, transformaciones más radicales a cargo de esa varita mágica que es el bisturí, historias inverosímiles de bebés que llegan al mundo sin anunciarse y detalles escabrosos sobre rarezas físicas y psicológicas, por ejemplo: la mujer que tiene demasiado vello en la cara o la mujer que come detergente.
La pregunta que surge de todo este desfile de rarezas es, por supuesto, qué hacer con el cuerpo: si vestirlo, adornarlo, mostrarlo, taparlo, operarlo, cambiarlo, o simplemente conocerlo más a fondo, en todos sus vericuetos y secretos y sorpresas y trampitas. Dejarlo en paz no parece ser una opción, así que olvídense. Hay que hacer algo. Hace ya varios años que la tele –especialmente la televisión de cable– puso al cuerpo bajo la lupa; un zapping en cualquier horario puede mostrar personas cocinando, comiendo, haciendo tai chi o aerobics, desnudándose, tiñéndose el pelo, bailando, ofreciendo cinturones mágicos que adelgazan sólo por vibrar, llenándose de tatuajes o eligiendo el tamaño de un implante para acceder a las tetas soñadas. ¿Soñadas por quién? Ah, esa es otra cuestión. Es que ya no se sabe bien quién es el que sueña, es decir, si la pantalla nos devuelve todos los posibles usos del cuerpo que habitan nuestra fantasía como un espejo que captara nuestros deseos, o si, en lugar de eso, estamos tan fusionados con lo que vemos que los ojos y las ganas van para el mismo lado.
De todos modos, hubo un tiempo en que una cultura old fashion posibilitaba programas en los que el rango de cosas para hacer con el cuerpo incluía comer, hacer ejercicios, maquillarse y cambiar de vestuario: no mucho más que eso. Además de algún programa de cocina perdido por ahí, Discovery Home&Health todavía tiene varios ejemplares del tipo de programa que Trinny Woodall y Susannah Constantine popularizaron hace una década (el viejo, querido y más simple ¡No te lo pongas! emitido por la BBC). A la versión norteamericana de ¡No te lo pongas! se suman ahora, muchas veces con menos énfasis en la ropa y más en los dramas íntimos, como era de esperarse, Hacia la alfombra roja, Cámbiame el look, Tim Gunn: gurú del estilo y Mal vestidas. El denominador común en estos shows es la premisa básica de que está todo bien con el cuerpo de los “mal vestidos”, el problema es la ropa. Acá los cambios de looks empiezan por la aceptación: hasta la más excedida de peso, mal teñida y abandonada, parada en una sala de espejos, debe reconocer que tiene mucho potencial y que es la ropa mal elegida la que está ocultando su belleza. Después, como se sabe, viene el duro trance de deshacerse de todo un guardarropas trash y salir a exprimir una tarjeta en las mejores tiendas.
Así como hay una postura decididamente cool en los asesores de estilo, maquilladores y peluqueros que respetan los cuerpos tal como son, también hay algo de uniformante en los resultados porque claro, al comprar en las mismas tiendas y según las mismas reglas, la gente termina por verse como jugadores del mismo equipo –ni hablar de ser hippie, rockero, vintage o cultivar algún otro tipo de “rareza”, mucho menos de ser queer. Pero cualquiera de estos cambios de estilo parece una película de Disney al lado de los más drásticos Kilo por kilo, o Buscando la perfección, dedicado a cirugías plásticas. Igual parece que la perfección y la normalidad ya no son tan atractivas para mostrar en la tele, a juzgar por la nueva camada de programas que hacen de Discovery Home&Health un verdadero freak show con títulos imposiblemente sensacionalistas: Obesa a los 15, No sabía que estaba embarazada, Sexo extraño, ¿Con quién $@!# me casé?, Acomplejados, Mi extraña obsesión, Emergencias bizarras y Embarazada y paralítica, nombres que hablan por sí solos: en la búsqueda de lo raro, el cuerpo ya no es dominio de la gimnasia o la moda sino del suspenso y la ciencia ficción.
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