Viernes, 19 de octubre de 2012 | Hoy
MONDO FISHION
Por Victoria Lescano
En los procesos de diseño de una colección y en cada pizarra previa y simultánea a su desarrollo se suele inmiscuir la palabra “inspiración”, ya aplicada a las diversas décadas, las paletas cromáticas, las texturas y todo tipo de arbitrariedades que celebra la moda. La palabra fue apropiada por la diseñadora María Cherñajovsky, tanto para una serie de encuentros con mujeres de distintas disciplinas y militancias –el último se realizó hace dos semanas– , así como también disparó un libro homónimo de portada fucsia publicado por la Editorial Planeta.
La edición tiene un diseño que pareciera emular al mítico Fashion Now de Taschen, referido al quién es quién de la moda, aunque con anclaje en labor social. Las fotografías son de Gaby Messina y los textos, historias de vida y reflexiones de dieciocho mujeres cual si fueran las musas de una colección itinerante que indaga en postales sobre el trabajo, el arte, la discriminación y el placer. En la contratapa de “María Cher, Mujeres que inspiran”, la diseñadora posa con remera negra y pantalón blanco, su pelo largo y ondulado, maquillaje para la ocasión, cual si entablando una conversación casual o un epílogo con su coequiper, la periodista Carla Czudnowsky, con quien comparte autoría y reflexiones a lo largo de cada apartado del libro, matizadas con los perfiles de las invitadas de honor.
–La idea nació a partir de mi interés por el género, todas aquellas cuestiones que hacen a la vida de la mujer desde lo social, lo profesional y lo personal. Hace algunos años incluimos temas sociales en las campañas, hasta que decidimos alejarnos de este enfoque, ya que veíamos que no funcionaba estratégicamente, dado que la gente no estaba interesada en ver temáticas como el aborto o el maltrato contra las mujeres en una campaña de ropa. Pero siempre tuve una fuerte necesidad de trabajar con estas cuestiones y decidí crear el “Encuentro María Cher. Mujeres que inspiran”. El encuentro surgió cuatro años atrás y fue producto de una necesidad muy personal: es un espacio donde aprendo y me enriquezco mucho al conocer a estas grandes mujeres, escuchar sus historias y experiencias. Este año, Editorial Planeta se acercó y nos ofreció, a mí y a Carla Czudnowsky, escribir un libro con el espíritu de los encuentros. Desde el segundo encuentro trabajo junto a Carla en lo referido a la gestación y ejecución. Hoy, además de ser grandes amigas, somos socias en esta misión y el libro es otro eslabón de nuestro proyecto.
–Considero que son energéticos, mágicos, emocionantes, movilizantes, de a momentos tristes, pero por sobre todo felices, de mucha conexión y también un espacio donde se respira libertad.
–¡Por supuesto! Las mujeres que participan del encuentro siempre se visten con María Cher. Es hermoso verlas con mis prendas, que las hacen propias en el instante en que se las ponen. Mi marca no tiene edad ni es para un solo cuerpo, eso me encanta. Van desde las nietas de 14 hasta las abuelas de 80.
–¡Estela de Carlotto es elegante y preciosa! Lohana Berkins es sobria, mientras que María Inés Mato es clásica y masculina. Liliana Crigna, radiante y femenina. Marta Dillon, fuerte, simple y roquera. Alessandra Rampolla es imponente. Laura Gutman, armónica y pequeña; Inés Sanguinetti, elegante y masculina; Malena Pichot, lúdica y moderna.
–Lo que me llamó la atención es que todas están cortadas con una misma tijera, son luchadoras, apasionadas, masculinas y femeninas, intensas, peleadoras, inteligentes, genuinas, únicas. Son muy distintas pero a la vez muy iguales.
–Sí, ¿por que no? Creo que por ejemplo Estela de Carlotto puede ser mi musa. Desde muy chica ella me inspira. Creo que es hermosa, elegante y con un brillo muy especial. Siempre pensé que los pañuelos blancos en la cabeza eran una gran fuente de inspiración. Hace años que imagino un desfile con ellos de protagonistas.
–Con los talles, con las diferentes tipologías. Además cuando tengo que pensar en prints y en estampas para las remeras, pienso en recursos con contenido, busco frases que hablen de las mujeres. Muchas veces quien colabora conmigo en esa labor es la poeta Marina Mariash, juntas buscamos que no sea una simple estampa sobre una remera de algodón. Soy consciente de que mi marca no es para todos los estratos sociales debido al precio, pero algún día me gustaría poder vestir a más gente. Siempre pienso en eso.
–El enterito es como un vestido de fiesta pero masculino. Amo las prendas con presencia y personalidad como los monos y las túnicas. Creo que también la militancia está en el carácter y cómo uno lleva sus prendas y se anima a romper con ciertos moldes.
–Muchísimas: en la empresa, entre María Cher y Ay Not Dead, somos doscientas cincuenta personas, de las cuales ciento ochenta son mujeres. En cuanto a los talleres, es imposible saber un número exacto, pero estimo que unos cientos.
–Todos los empleados de la empresa trabajan en blanco, algo que es un deber pero que muchos empresarios no practican. Por otro lado, en la empresa trabajamos fuertemente para que en los locales se atendiera amorosa y respetuosamente.
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