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Se acerca la Nochebuena en todos sus grupos y factores, pero en la gran mayoría de los casos con el deber casi tácito (se admiten pinceladas de disfrute) de satisfacer al gran público infantil, ávido por que le estimulen todos y cada uno de sus jóvenes sentidos. La empresa no es sencilla, habida cuenta de que el mercado oficial de las jugueterías late al ritmo de publicidades estereotipadas, cuando no aburridas, que invaden los canales de cable dedicados a la franja de nuestros queridos índigos, cristales o maderitas terciadas. Para fortuna de espíritus cansados de recorrer outlets o megashops del juguete, la Casa de Oficios de Papelera Palermo (sí, siempre Palermo, qué le vamos a hacer...) presenta mañana a su niña mimada, Otra Vez, la primera colección de libros de la tradicional papelera que reúne varias pasiones: ilustración, serigrafía, piezas únicas e irrepetibles, textos ancestrales y tradición poética. Tanta celebración fue creada en conjunto por los editores e ilustradores Roberto Cubillas y Cristian Turdera, con el madrinazgo, la curaduría y el asesoramiento general de la escritora santafesina Laura Devetach, una de las mayores exponentes de la literatura infantil argentina. El proyecto apunta a rescatar textos, juegos o coplas cortas de la literatura popular vernácula y europea que se fueron haciendo carne a través de generaciones en sus relatos de la tradición oral.

Dice Devetach sobre la propuesta, que va “de la voz al aire, del aire al papel. Qué raras son las palabras: cuando más se usan, más bonitas se ponen. Las que viven en estos libros volaron por siglos en finos hilos de voces diferentes. Nadie sabe quién las enhebró, quiénes fueron los primeros en decirlas. Cruzaron mares, se enredaron en el dedo gordo de los caminantes, en los picos de los pájaros, en las ruedas de los carros. Hoy podemos cantar, repetirlas, jugar con ellas. Y sobre todo, podemos leerlas todas las veces que tengamos ganas”.

La invitación consiste en visitar un mundo de libros en pequeño formato, de 11 por 18 centímetros aproximadamente, sobre cartulina de color, con una encuadernación tipo acordeón y tapas de cartón duro forradas. El acordeón desplegable ostenta la doble función de ofrecer una lectura del texto y la imagen similares a la de un libro convencional, pero sorprendiendo desde el reverso, donde puede verse impresa una imagen grande que funciona como pieza u obra de arte firmada y numerada por el autor. La pieza entusiasma para exhibirla en una biblioteca o en un estante, ya que está pensada para sostenerse gracias a las tapas de cartón rígido, lo que le da a su estética un sentido de inclusión muy grato para la adulta o el adulto que decidió desembolsar unos dineros en esta empresa de las natividades.

“Creo que es muy interesante descubrir que juegos y poemas como ‘Este se compró un huevito/éste le sacó la cáscara/éste lo cocinó/éste le puso la sal/ y este pícaro se lo comió’, son elementos que llevamos adentro desde que nacemos, cada cual en su región”, sostiene Devetach. “Que pertenecen a la literatura y que con su cadencia nos acercan a hablar, escuchar y leer. Cuando los y las más pequeñas ven que esos poemas-juguetes ‘viven en un libro’, se sorprenden y cobran una noción más amplia de la forma de leer y de ir apropiándose del mundo. Las imágenes, a su vez, son grandes llaves para esa puerta.” Y los títulos, la antesala de un viaje preescolar de ida: “El huevito”, “Que llueva”, “Para mis patitos”, “La gallina bataraza” y “En un caballito gris”. Ni falta que hace tirar la moneda, todos prometen buenos recuerdos.

La multipremiada creadora de obras como “La torre de cubos”, “El abuelo del tatú” y “El que silba sin boca”, entre otras, es una de las principales pregroneras de esta nueva colección literaria, con amplias posibilidades de darle otros aires al pie del arbolito navideño. La marca en el orillo es, sin duda, su mirada particular de la vida. “Puedo hablar de ser, entre otras cosas, una persona habitada por un montón de personajes diferentes. Y si tengo que elegir un lema, usaría la idea de mi libro de poemas La hormiga que canta: si nos toca ser hormigas, aprendamos también a cantar.”

La Colección Otra Vez se presenta mañana, sábado, a las 16, en la Casa de Oficios de Papelera Palermo. Cabrera 5227. Los ilustradores de la colección van a estar en la Papelera esperando a chicas y chicos para dibujar juntos.