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Viernes, 12 de abril de 2013

MONDO FISHION

La moda teorizada

 Por Victoria Lescano

Un grupo de tutores del Central Saint Martin’s, la academia que formó a los principales diseñadores ingleses, trasladó por segundo año sus métodos y su modus operandi a Buenos Aires hasta fines de abril y para dictar seminarios destinados tanto a estudiantes de diseño y de comunicación como a diseñadores, directivos de marcas y expertos en marketing de moda. Hywel Lydel, el responsable de seminarios sobre Comunicación de Moda y disertante senior, con una vasta experiencia en artículos de moda para las publicaciones The Guardian, The Sunday Telegraph, The Financial Times y The Independent, como también GQ Style, Vogue, Elle, Wallpaper, Nylon y Dazed & Confused analiza en esta charla la explosión de los nuevos medios de comunicación digital y la nueva democratización en la industria de la moda.

¿Cuáles son los aportes del Central Saint Martin’s para quienes quieren formarse en el periodismo de moda?

–La gente que viene al Saint Martin’s es porque realmente le gusta la moda. Nosotros le enseñamos las técnicas, cómo escribir, cómo pensar la moda y también construimos una red entre las carreras. Las personas que son entrenadas para ser periodistas trabajan con los estudiantes de diseño. No es sólo teoría de la moda, ellos están en contacto con diseñadores y de ahí que los estudiantes del Central Saint Martin’s son parte de la moda desde el primer momento. Creo que es muy importante venir a la universidad y aprender todas las técnicas, pero también es necesario salir al mundo real.

¿Cuál es a su criterio la novedad en el campo de la comunicación de moda?Actualmente las marcas están haciendo un poco el trabajo de las revistas.

–Hay una gran cantidad de periodistas que son contratados por las marcas y los diseñadores, y no tanto como por las editoriales para que trabajen con ellos y produzcan contenidos para llegar directo a los clientes. Todos los grandes sitios de venta online como Net a Porter o Moda Operandi están produciendo contenidos equivalentes a los de las revistas de moda. Es una combinación entre ir de shopping y leer una revista. Es un recurso muy inteligente, porque al observarlo la gente no piensa que simplemente está comprando algo en Internet.

¿Considera que la llegada de los blogs, Twitter e instagram modificó los modos de hacer revistas impresas?

–No pienso que necesariamente hayan cambiado la forma de hacer revistas. Sí creo que cambiaron la forma en que las personas interactúan con ellas. Las revistas siguen trabajando del mismo modo, produciendo contenidos editoriales. Lo que lograron las redes sociales es que las personas se sientan parte de las revistas. Creo que revolucionaron un momento en que las personas se sentían aisladas por las revistas.

¿Por qué cree que las revistas impresas no sólo no se extinguieron, sino que además siguen creciendo en números?

–Algunas personas aman las revistas como objeto físico. En tiempos en que muchos vivimos digitalmente, las compras, el trabajo y la comunicación suceden online, comprar y leer una revista es un acto físico. De ahí que considero que siempre va a existir el mercado de las revistas impresas, pero quizá no semanalmente ni mensualmente. Hay una tendencia a que las ediciones sean bianuales. El público está atesorando revistas como si fueran libros.

Transcurrieron casi dos décadas desde que John Galliano se convirtiera en el director creativo de Givenchy y marcase el ingreso de una clase trabajadora a la moda. Parecería que en la actualidad los diseñadores británicos se están apoderando nuevamente de la escena parisiense. ¿Cómo ve el aparente romance entre los diseñadores ingleses y las históricas casas de moda?

–Creo que en el Reino Unido tenemos las mejores escuelas de diseño, como el Central Saint Martin’s y el London College of Arts. En Inglaterra hay una industria que tiene que ver con nuevas ideas, nuevos talentos. No es una industria que tenga necesariamente que ver con grandes marcas comerciales. Nosotros alentamos a nuestros estudiantes para que sean valientes y que se enfoquen en ideas. Creo que somos afortunados de tener un sistema educativo que produce estudiantes con talento para ir a trabajar a Nueva York, Milán y París. Yo creo que producimos muchas ideas, de eso se trata Londres.

En los últimos tiempos tomaron visibilidad las idas y vueltas en el mundo de la moda. ¿Considera que es sólo una coincidencia o que responde a la crisis económica y la necesidad de las grandes empresas de obtener resultados inmediatos en sus ventas?

–Si te ponés a analizar los problemas que tuvo Galliano y lo que sucedió con McQueen (el primero fue despedido de la firma Dior luego de sus desafortunados comentarios antisemitas y el segundo se suicidó en el apogeo de su carrera) creo que muchas de las grandes marcas se dieron cuenta de que ejercer mucha presión en una sola persona es peligroso porque si algo malo le pasa a esa persona, el negocio puede verse afectado. No digo que esto sea correcto, pero quizá tenga que ver con que las marcas se dieron cuenta de que lo importante también es el proyecto y no sólo el diseñador. Es decir, la marca tiene que continuar con su proyecto y los diseñadores pueden ir y venir. Es interesante ver qué va a suceder con todos estos nuevos diseñadores, si se van a quedar o se van a ir. Por ejemplo, Hedi Slimane en Yves Saint Laurent está teniendo mucha mala prensa. Veremos en el futuro si los directivos de Yves Saint Laurent van a priorizar al diseñador antes que la marca o al revés. Pero la verdad es que el movimiento mantiene fresca a la marca. Aunque no te haya gustado la colección de Yves Saint Laurent, está teniendo mucha prensa. Al fin y al cabo, la moda tiene que ver con el cambio.

Escribió varios libros. Dos de ellos se refieren a diseñadores de moda: 100 new fashion designers and British fashion designers. ¿Cúales son sus diseñadores favoritos?

–Hay diseñadores que me gustan por sus ideas y cuya labor respeto como McQueen, Hussein Chalayan o Galliano y también otros diseñadores de los que me encanta usar su ropa, por ejemplo los diseños de los belgas Dries Van Noten y Martin Margiela.

¿Cuál es su opinión acerca de los bloggers sentados en la primera fila de los desfiles más importantes? ¿Considera que representan a la nueva generación de periodistas o que ilustran un fenómeno pasajero?

–La llegada de los bloggers fue un fenómeno bueno y sano. Si bien generó un debate acerca de si eso era periodismo serio o no, creo que es genial ver a los bloggers sentados en los desfiles. La moda tiene algo jerárquico; trabajé para editoriales por años y me he visto sentado en la primera fila, en la del medio y en la última dependiendo de para quién trabajaba en ese momento o de si me llevaba bien con el PR. La idea de estos nuevos chicos sentados en los desfiles, ver cómo se han entrenado, cómo van progresando, creo que es genial. Pero lo que ellos tienen que hacer es pensar cómo sostener esa carrera. Antes los bloggeros eran originalmente independientes: “Esto es lo que pienso y es una opinión honesta”, pero ahora muchos de ellos reciben dinero de las marcas. Ya no hay una diferencia con las revistas impresas que reciben dinero por las pautas de publicidad.

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