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Diana –interpretada por Jimena Anganuzzi– es expulsada de su lugar por su familia, los amigos y un amante (en la obra varios actores increíbles hacen estos personajes: Susana Varela, Mariano Sayavedra, Mario Bodega, Iair Said y Verónica Hassan). El lugar no incluye solamente un hogar, sino una patria. Diana, entonces, viaja al extranjero y conoce otras vidas y otros ámbitos. Ocupa un lugar en la mesa de otra familia, se asoma al pastoreo, las cabras y la nieve, se hace viajera impenitente y domina la geografía. El tiempo pasa, la experiencia sobreviene y Diana discute acaloradamente en una mesa cosmopolita, llena de amigos del alma. Ha crecido, su voz es más serena, las personas la quieren y la respetan. No sospecha Diana que en sus detractores aún se aloja un cierto modo de cariño y que evitando un cataclismo geológico ella sabrá guiarlos a un continente ajeno a la fractura y la devastación. “Pangea es una especie de comedia poética o absurda. Va por el humor pero, como siempre, nunca puedo dar fe de esto hasta que no llega el público. El personaje viaja por el mundo y recorre tres escalas de países que no identificamos bien, pero hay referentes que te llevan a pensar en lugares geográficos particulares. Hay algo de onírico y de un viaje como Alicia en el país de las maravillas, pero aquí tiene que ver con algo interno y de crecimiento para el personaje”, dice su directora y dramaturga, Ana Katz.

La puesta es muy net, con pocos elementos y hay estructuras de tres metros de alto y música en vivo. En Pangea se habla en el idioma Times New Roman, se maneja con la idea de un lenguaje que no es muy real. “Diana desarrolla en ese mundo el poder de despegar, es una heroína. En ese camino aparece algo que yo siento que está muy vigente en relación con lo femenino, porque claramente es el viaje de una mujer, no podría ser un varón el protagonista. Es el despegue de las formas que se le piden a la mujer. Siempre una mujer está enmarcada en que esto sí o aquello no y es muy imponente cómo eso se va desplegando desde la crianza. Creo que cuando una mujer se libera tiene un poder muy muy fuerte y no me parece casual que de a poco vayan apareciendo mujeres presidentas en los continentes, y los moldes se van rompiendo y expandiendo de a poco.”

¿Cómo buscás a los actores?

–Me cuesta hacer casting y de hecho soy la autora y directora de un proyecto que se llama Indice de actores (www.indicedeactores.com.ar) que va a salir a la prensa ahora. Es una primicia (risas). Lo pude hacer con apoyo de la Fundación Sagai y la idea es la de un índice de actores y actrices federal donde se muestran en crudo. Se pide que el video contenga por lo menos un texto, una acción física y un objeto. Ahora están los primeros doscientos y se van a subir doscientos más. Por un lado es una herramienta muy útil con características muy claras, y por otro creo que trasciende la herramienta. Lo hice con producción general de Mora Recalde. No es un casting, la idea es que sea una puesta en valor del trabajo de los actores desde un lugar más horizontal y sin que esté mediando siempre la mirada del que pide hacer o filma. Estéticamente es la oportunidad de que alguien haga lo que quiera y no lo que te piden en el casting. También me interesa como red de contactos, como lugar donde conocerse. En lo personal me interesa como directora la idea de poder ver actores mendocinos, chaqueños, cordobeses, misioneros, desde un lugar horizontal y ver hacia dentro y mezclarnos en red.

Pangea. Centro Cultural San Martín. Sala AB. Sarmiento 1551. Jueves y viernes, 21.30. Sábados y domingos, 20.30.