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Si ya la depilación con cera proponía el sacrificio y la tortura, la depilación con láser es la perversión misma. Hoy no sólo tenemos la posibilidad de exponernos a diario a la extirpación, sino que existe la facilidad de comprometernos para toda la vida y en (in)cómodas cuotas con ella. La ciencia consume tiempo e insumos para ofrecer el servicio; lxs consumidorxs, dinero. La promesa es definitiva pero, ojo, poco segura (dicen por ahí que no funciona). Una ganga.

Siempre me pregunto qué clase de monstruos hay detrás de estas propuestas. Supongo que los creadores son tan monstruosos y desfigurados como lxs consumidorxs. Supongo que si seguimos en esta línea nuestro cuerpo dejará de ser humano pero, eso sí, para tranquilidad de varios y varias, lo hará de manera definitiva.

* Directora de La bestia rubia, un relato apasionado del padre Mugica. En el Centro Cultural San Martín, Sarmiento 1551. De jueves a domingo.

Info: http://elculturalsanmartin.org/