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Aun estamos a tiempo, pese a que este verano presenta días decididamente otoñales. Pero el calor siempre vuelve y no nos puede pescar desprevenidas, con un traje de baño inapropiado, desteñido o pasado de moda. No es tarea fácil la adquisición correcta de una malla, nos avisa la revista Femirama (febrero de 1965). Entonces, “lo primero que debemos hacer es mirarnos al espejo con ojo crítico y severo” para luego elegir con acierto la prenda que más nos favorezca, al disimular los defectos que hemos observado en dicho examen. Al realizar la compra, conviene fijarse en la parte interna del traje: “Refuerzos y forros sabiamente distribuidos (sobre todo en la parte delantera, en los costados, vientre y busto, que proporcionan a cualquier figura, incluso a las más robustas, una silueta armoniosa”. Femirama aconseja los colores lisos y vivos, recordando que el negro, sin embargo, hace la figura más esbelta. Entre los estampados, nunca está de más reiterar que las rayas verticales alargan y adelgazan, las horizontales la ensanchan, las diagonales la afinan, los cuadritos y lunares corresponden a las más jóvenes.

He aquí sugerencias básicas de la citada publicación sobre el traje de baño que debemos elegir según la contextura física de cada una.

Mucho busto: malla sin pinzas debajo del busto, con breteles anchos y provisto de un sostén interior con tazas muy distantes.

Espalda robusta: cuidado con los escotes apretados que sacan rollitos.

Caderas pronunciadas: elijamos un traje de tejido elástico muy adherente, con faldita recta y, de ser posible, listas verticales.

Muslos gruesos: es indispensable cubrirlos con una prenda de faldita plana, que oculte la entrepierna.

Estómago saliente: renunciemos absolutamente al dos piezas y optemos por un traje con refuerzo interior o ballenas que compriman suavemente.

Poco busto: compremos una malla con soutien bien modelado y forrado con algo de relleno, tazas separadas, desde luego con breteles.

Caderas enjutas: usemos un traje que simule ser un dos piezas, con la parte superior de color oscuro y la inferior a rayas horizontales, con faldita plisée.

Si siguen estas sagaces indicaciones de Femirama al pie de la letra, todas ustedes, sin excepción, podrán convertirse en ondulantes sirenas exentas de complejos.