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Luego de tantos consejos sobre comidas sanas y nutritivas, bien podemos permitirnos una pequeña orgía de grasas saturadas, dejándonos llevar por la voluptuosidad de la manteca, el chocolate, la crema de leche... En fin, todo lo que hace mal y engorda, pero que a la vez proporciona placeres inefables al paladar. Para incurrir en este delicioso pecado capital, nada mejor que una clásica receta de Doña Petrona C de Gandulfo, esa generosa (con los ingredientes) señora que enseñó a cocinar a generaciones de amas de casa cuando el colesterol ni se mentaba. El elegido para esta ocasión pascual es un buen Gâteau al chocolate que se prepara batiendo 300 (trescientos) gramos de manteca (sí, un paquete y medio de los grandes) y 300 gramos de azúcar, agregándole enseguida 8 (ocho) yemas, 300 gramos de miga de pan rallado (?!), un cuarto de leche fría y 100 gramos de harina con polvo de hornear. A esta pasta se le añaden suavemente 8 (ocho) claras batidas a nieve, se pasa a molde enmantecado y enharinado, y se cocina a horno moderado.
Cuando la torta está fría, procedemos a rellenarla con crema pastelera común (un huevo, un cuarto litro de leche, 100 gramos de azúcar, 40 gramos de harina) reforzada con 100 gramos de crema de leche. Un vez cumplido este paso, sólo nos resta cubrir el gâteau con la siguiente crema mantecosa: poner en una cacerolita 150 gramos de azúcar y una taza de agua, hervir hasta el punto de hilo fuerte. Agregar 3 yemas batiendo y cuando la mezcla esté tibia, sumar 300 (trescientos) gramos de manteca a temperatura ambiente. Tres barras de chocolate rallado y gotas de esencia de vainilla.
Una vez untada la torta con esta sustanciosa crema (conviene reservar una pequeña porción para ornamentarla), se cubre por encima con grageas de chocolate. Y para completar el arreglo –y elevar el poder calórico– se depositan estratégicamente una lindas florcitas hechas con la crema que se guardó, que puede aplicar en dos tonos, natural y chocolatada, para lograr un bonito contraste. Como ustedes bien saben, las flores se hacen muy fácilmente con la manga. Nos permitimos recordarle que esta herramienta debe usarse con las manos previamente enfriadas en agua helada para no derretir la manteca. Obviamente, este suculento gâteau va a parar a la heladera. Por poco tiempo, podemos asegurarles.