ARQUETIPAS
La decisión
Por Sandra Russo
–Ya está. Me decidí.
–¿En serio?
–Completamente.
–¿Seguro?
–Como que me llamo Graciela.
–Mariela, ¿me estás jodiendo?
–Ja, ja. Pero me decidí, en serio. Lo dejo.
–¿Cuándo?
–Esta noche le voy a pedir que se vaya.
–¿Y si te dice que no?
–Me voy yo. ¿Puedo ir unos días a tu casa, hasta que me organice?
–Claro. ¿Y cómo fue que esta vez te decidiste?
–Es que ya no aguanto más, Esther, no aguanto más. Me persigue, me critica, me trata mal, me descalifica, me miente, me engaña. ¿Hasta cuándo?
–Bueno, Mariela, todo eso te lo estuvo haciendo los últimos ocho años, y nunca tomaste la decisión de separarte.
–Pero todo se desgasta, ¿viste? Hasta el masoquismo.
–¡Qué bueno escucharte decir eso!
–Ahora quiero cambiar, quiero a un hombre que me halague, que me piropee, que me seduzca. Yo me lo merezco, ¿no es cierto?
–¡Claro que es cierto!
–Yo no hago todo mal, ni todo lo que digo es una estupidez, ni me visto pésimo, ni soy una cómoda, ni siquiera se me quema siempre la comida, solamente a veces...
–Bueno, a veces se nos quema a todas.
–Quiero a alguien que me haga sentir joven, alguien que me haga sentir inteligente, útil, talentosa.
–Tenés todo el derecho.
–Por eso esta noche se termina. Si él no se quiere ir, me voy yo. No voy a estar toda la vida con un tipo porque no me anime a alquilarme algo sola.
–Obvio.
–Si él no se quiere ir, me voy a tu casa y me quedo unos días mientras busco un departamento.
–Sí, sí, no hay ningún problema.
–Ya sé que tu casa es chica, pero vas a ver que no te voy a molestar. En una semana a más tardar me voy. Voy a vivir sola, Esther, voy a empezar de nuevo.
–Claro.
–Voy a conseguir un trabajo, voy a aprender a bailar tango, voy a hacer aeróbicos, voy vivir a la vida.
–Claro.
–Eso sí, me vas a tener que bancar un poco psicológicamente.
–¿Por?
–¡¡Porque sin él me muero!!