Viernes, 12 de mayo de 2006 | Hoy
TALK SHOW
Por Moira Soto
Nadie me quiere. Lo peor es que esto es verdad. El sol desaparece detrás de oscuras nubes, una se siente abandonada por todo el mundo, desolada. Nadie me quiere. La vida es injusta, muy injusta. Ya que las cosas son de este modo, me pongo a hacer cine. Después de meses de trabajo, hay que ir al estreno. Situación novedosa: en lugar de sentarte en la cuarta fila, séptima butaca entrando por la izquierda, esperás el final de la proyección caminando, yendo y viniendo por el hall. En algún momento, no resistís más y espiás, asomás un ojo y una oreja a través de los cortinados. Oís risas. No puede ser, no es verdad. ¿La gente se ríe? ¿Quiere decir que funciona? No me lo creo. Incluso se ríe gente que no conozco... Nadie me quiere. Bueno, de acuerdo, no será para tanto: escuché que se reían. Y eso, ustedes saben, es lo mejor de todo.” Así, a borbotones, reaccionaba Marion Vernoux frente a la presentación de su primer largometraje,Personne ne m’aime, al que llegó después de haber cumplido todo el escalafón (guionista, asistente de dirección y producción, un telefilm: Pierre qui roule). En Personne ne m’aime (Nadie me quiere, nada que ver con el film homónimo de Doris Dörrie), su fulgurante debut, Vernoux empezó a desarrollar una de las marcas temáticas de su filmografía posterior: su interés, su curiosidad, casi su obsesión por las relaciones amorosas, por sus alegrías y desdichas, el misterio de las atracciones, las posibles combinaciones, la duración de los romances, el dolor de la ruptura, del abandono.
Personne..., película que se presenta próximamente por TV5, subtitulada, sólo pudo verse localmente en ciclos de la Cinemateca en la sala Lugones, mientras que Love, etc. (1996), sobre una novela (Talking it Over) del británico Julian Barnes permanece inédita: trata sobre una relación triangular entre una mujer (Charlotte Gainsbourg) y dos hombres amigos entre sí; ella se casa con el más formal y tranquilo Yvan Attal, pero se siente atraída por el excéntrico encantador Charles Berling. Sobre este film comentó la directora: “Siempre he querido hablar del amor, pero en este caso el desafío fue inmiscuirme en el universo masculino. Siempre intentando –sin lograrlo, claro– responder a las eternas preguntas: ¿Por qué A rechaza constantemente a B para preferir a C? ¿Qué es lo que tiene C que yo no tenga? ¿Cómo es posible que todo el mundo necesite escuchar en algún momento 27 veces la misma canción porque ese tema dice exactamente lo que estamos sintiendo en ese preciso instante?”.
Hay dos obras de Marion Vernoux estrenadas localmente en salas cinematográficas: Nada que hacer (1999), también vista por el cable, historia de un amor sin futuro entre una modesta Emma Bovary contemporánea y suburbana, magníficamente actuada por Valeria Bruni-Tedeschi, y Reinas por un día (2001). Título irónico este que alude a esos días en que una no debería salir de la cama porque los astros –llámenlo como quieran– se han conjurado en contra de nosotras y todo irá de mal en peor. En la oportunidad, las desventuras, malentendidos, desencuentros, calamidades en cadena que atrapan a una serie de personajes, juguetes de azar interpretados por Jane Birkin, Victor Lanoux, Karin Virad. “Les tengo mucho cariño a las criaturas de este film”, ha dicho MV. “No están al final de ningún camino, ni siquiera están terminadas. Mañana será otro día para ellas. La vida es cíclica.”
En Personne... tenemos a cuatro chicas un poquitín aceleradas, en realidad un cuarteto delirante –dos hermanas, la gerenta de un hotel y su mucama– a bordo de una camioneta que avanza por los caminos (sí, es una road movie en femenino) en pos del marido presuntamente infiel de una de ellas. Lo cierto es que todas tienen problemas con los tipos, salvo la mucama con diez hijos que quiere conocer el mar. En esta comedia que empieza más o menos en serio y vira vertiginosamente al humor absurdo, entre flashbacks y bifurcaciones, Vernoux contó con un elenco que l@s cinefil@s sabrán apreciar: Bernadette Lafont y Bulle Ogier, musas de grandes cineastas franceses, la afinada comediante Michèle Laroque y –de pie amantes de Truffaut, Godard, Eustache, esa gente– Jean Pierre Léaud... Otra pieza de Vernoux que se verá a la brevedad por el cable es la reciente
A boire: tres almas errantes recalan en una estación de esquí, las tres tienen buenos motivos para necesitar una copa. O dos. Una de esas tres almas tiene la cara y el cuerpo de la bellísima Emmanuelle Béart.
Personne ne m’aime, el 14 de mayo a las 20.25 y el 22 a las 22.45. A boire, el 21 de mayo a las 20.30, ambos films, por TV5.
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