Alrededor del 25 por ciento del país no cuenta con agua de red. Si bien esto no implica la ausencia de otras fuentes seguras para la provisión de agua, ilustra que las condiciones de abastecimiento no son las ideales, especialmente en provincias del Norte donde los déficit de acceso a fuentes seguras de agua afectan a grandes proporciones de la población. La mayor parte de las medidas actualmente recomendadas para evitar el contagio de la gripe A H1N1 encontrarán un cumplimiento desigual en los distintos puntos del país. Las poblaciones más pobres no contarán con acceso a productos comerciales como el alcohol, ya sea en gel o fluido y, aunque este producto no es indispensable, en tanto se realice un lavado de manos frecuente y apropiado, el problema reside en que el lavado requiere agua en condiciones de calidad y cantidad suficiente de jabón. Aunque pueda resultar extraño, estos bienes no siempre se encuentran disponibles o son escasos.

Afortunadamente, las condiciones climáticas en la parte más pobre del país resultarán favorables para reducir el impacto de una enfermedad del frío como ésta. Sin embargo, una vez más la pobreza, los déficit de vivienda y las barreras de acceso a agua segura y saneamiento resultarán protagonistas y condicionantes del curso que pueda tomar la pandemia. Estos determinantes serán responsables de contagios de gripe A H1N1 y de sus complicaciones. Tal como sucede con el dengue, el Mal de Chagas, la tuberculosis y otras enfermedades aún más graves que la gripe: los determinantes sociales resultan extremadamente más peligrosos que los propios gérmenes.

* Licenciada en Ciencias Políticas y Coordinadora del Programa de Salud del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).