A.G. tiene 15 años. Se quedó embarazada después de ser violada por su padrastro. Se quería suicidar. Pero no le prestaban atención. Hasta que la periodista de Página/12 Mariana Carbajal visibilizó el caso. Finalmente, pudo abortar mediante un fallo del Tribunal Superior de Chubut. “Tuvimos que pasar por muchas instancias que le negaron la posibilidad a la niña de abortar. Hasta que la sentencia que permitió la interrupción del embarazo quedó firme. Sin embargo, aun después del aborto, hubo una apelación del supuesto defensor del niño por nacer. Ahora el caso está en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Pero esperemos que no sirva para amedrentar a otros médicos o jueces a cumplir con la ley, sino para que la Corte respalde la posibilidad de acceder a los abortos no punibles”, remarcó la abogada Sandra Grilli, el 7 de agosto pasado, invitada por la diputada Cecilia Merchán para participar del panel “Diversidad, género e igualdad de oportunidades”, en la Facultad de Derecho.

Por primera vez, Carmen Argibay reconoció, en esta entrevista, la existencia de esta causa. Y, aunque haya sido presentada para impedir los abortos permitidos por el artículo 86 del Código Penal tanto para mujeres violadas o que corre peligro su salud o su vida o que tienen embarazos inviables es posible, según reconoce la magistrada, que en el 2011 haya un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que dé vía libre a la realización de abortos no punibles. No se expedirían sobre la despenalización o no del aborto. Pero sí es probable –nunca seguro hasta que no esté la sentencia– que el futuro fallo genere un llamado a los jueces a no entorpecer los pedidos de niñas, jóvenes o mujeres de realizarse abortos en hospitales públicos, libres, seguros y gratuitos, cuando encuadran en las situaciones ya contempladas por la ley.