FúTBOL › EL DESALENTADOR PANORAMA ECONOMICO DE LOS CLUBES PROFESIONALES DE AFA
Hay más concursos que descensos
El 48,33 por ciento de los clubes de Primera, B Nacional y B Metropolitana están en concurso de acreedores o, directamente, en quiebra. Lo peor de todo es que todavía se mantienen vigentes mecanismos que generan esas situaciones y que atentan contra el patrimonio social de las instituciones.
Por Gustavo Veiga
Mientras los especialistas indican que la economía argentina cerró 2004 con índices alentadores, el fútbol, que no mide como el superávit fiscal, terminó con variables que meten miedo. Diciembre finalizó con el 48,33 por ciento de los clubes en concurso de acreedores o quebrados, como el caso de Talleres de Córdoba, último botón de muestra de una corrupción estructural que domina el juego más allá o más acá del ámbito deportivo. Ese porcentaje es apenas una estadística donde tienen cabida lindezas como la utilización de facturas truchas, centenares de cheques sin respaldo, balances impresentables, estafas de variado tipo y, sobre todo, la posible pérdida de un valioso patrimonio social que las instituciones –a diferencia del Estado nacional– aún conservan.
Líbero accedió a documentación que prueba la utilización de distintos mecanismos para generar gastos inexistentes y vaciar tesorerías. Cualquier asociación civil que, como tal, se afilió a la AFA para practicar fútbol, está exenta del pago de impuestos. Por lo tanto, si apela a facturas apócrifas, ¿por qué lo hace? Una fuente de la AFIP que conoce hasta en sus mínimos detalles cómo se manejan las cuentas en el ambiente futbolístico las describió a partir de una diferencia: “Un contribuyente que tributa compra ‘rojo’, como se dice en la jerga, para generar pérdida. Pero si en un club que está libre de gravámenes pasa lo mismo, es para llevársela, para sacar la plata por algún lado”.
Un ex dirigente boquense atesora bajo siete llaves ciertos papeles que incriminarían a su club y en los que consta cómo una Unidad Fiscal de Investigación de Delitos Tributarios y Contrabando (Ufitco) trabajó para desentrañar operaciones donde se “habrían abultado fraudulentamente montos de compras y gastos, con la consiguiente evasión fiscal, por la utilización de facturación apócrifa...”. Las hojas, con membrete de la AFIP, contienen una nómina de compañías como Business Publicity S.A. y sus respectivos agentes de retención, entre los que figura Boca.
“Siempre hay un usuario de publicidad o de servicios de software en este tipo de operaciones”, confió el informante de la AFIP, sobre los mecanismos más usuales en los que dejan su huella las facturas truchas.
La información sobre el club que preside Mauricio Macri, mantenida en reserva hasta ahora (aunque data de 2001 y es anterior a la aprobación de los paquetes antievasión), no es tan reciente como la que proviene de Independiente. Todavía están muy frescos los hechos que describe en su informe el doctor Héctor Valcarce, integrante de la Comisión Revisora de Cuentas de la institución de Avellaneda que acaba de cumplir 100 años, y que denunció ante la asamblea de representantes en la última semana de 2004.
El profesional dice en uno de los puntos de su pormenorizado escrito de cinco carillas: “Como consecuencia de la verificación llevada a cabo por la AFIP-DGI, surge la existencia de facturas consideradas apócrifas prima facie según resolución interna N 326, de la empresa G.I. Constructora S.A por un total de 320.771 pesos abonados por nuestra institución...”. Y prosigue “... hecha la consulta sobre las obras que generaron dicha erogación, no se ha obtenido respuesta alguna al respecto. Del mismo modo, fue analizado un contrato con otra firma prestadora de servicios de mantenimiento y construcciones, para la realización de obras en el predio de Santo Domingo, como ser construcción de canchas deportivas y reparación y climatización de un natatorio por un total de 138.843 pesos más IVA de las que se desconocen las características de las obras, así como el origen y destino de las mismas”.
Valcarce, además de las referencias a facturas truchas con que operó Independiente, declaró, en general, que hubo gastos sin docu- mentación respaldatoria por 1.044.063,61 pesos y otros sin justificativo alguno por aproximadamente 1.500.000 pesos. Todas estas irregularidades quedaron expuestas en la asamblea del 28 de diciembre último, donde la actualComisión Directiva les jugó a los socios una pesada broma por el Día de los Inocentes: estuvieron rigurosamente vigilados por un puñado de barrabravas que responden a uno de los líderes de la CGT, el camionero Hugo Moyano. Por si las moscas.
Si algún desprevenido cree que empapelar contadurías con facturas falsas es sólo un acto factible de realizar en una sociedad civil donde domina el caos, se equivoca. Basta con caminar un par de cuadras por Avellaneda y cruzarse de vereda futbolística.
De una investigación judicial que se desarrolló en el fuero penal económico por infracción a la ley 24.769 y caratulada “Evasión fiscal agravada”, se desprende que Blanquiceleste S.A, que gerencia Racing, figura en una lista de empresas que operaron con facturas truchas como agente de retención. En el expediente se lee: “A través de las retenciones (del impuesto a las Ganancias) que le fueron informadas a la AFIP/DGI (...) se logró reconstruir el siguiente conjunto de operaciones comerciales que le fueron atribuidas a las entidades que aquí nos ocupan en el transcurso de los años 1997 a 2003...”.
A continuación aparece la nómina de compañías donde, además de la gerenciadora de Racing, figuran Fernando Marín Producciones Publicitarias, el Banco Piano, Supercanal, el Correo Argentino y Cablevisión, entre varias más. La sociedad anónima que controla el club quizá no sepa que esta documentación circula entre socios que la resisten desde hace tiempo y que no se detendrán en su intento de desalojarla del lugar que ocupa desde el 29 de diciembre de 2000, cuando se le adjudicó la administración provisoria de Racing.
Boca, Independiente y Racing son apenas tres ejemplos del descontrol institucionalizado. Y hay más, con quiebras o sin ellas, con concursos de acreedores o juicios expeditivos. Los cheques voladores del presidente de Newell’s, Eduardo López; el contrato de gerenciamiento leonino de Ferro, donde como en la perinola, todos ponen, y el que menos lo hace es el empresario Gustavo Mascardi; las facturas apócrifas que también aparecieron en la convocatoria de Central; la millonaria estafa por 24 millones de dólares con que Atlético Rafaela –el club de la B Nacional convertido en mutual desde 1989– afectó a cientos de ahorristas y la lista de manchas podría seguir hasta el infinito, como en el cuerpo de un tigre. En la asesoría letrada de la AFA, adonde llegan todo tipo de inhibiciones judiciales, dicen que están “desgraciadamente acostumbrados” a este panorama. Una rutina que parece no se modificará en el año que comienza.