Ganador de la serie más veloz en la lluviosa mañana porteña, Emanuel Moriatis se encaminaba a una victoria que parecía incontestable en la undécima final del Turismo Carretera de 2009, la que cerraba la fase regular del torneo y definió los 12 clasificados para los play-offs que decidirán el título. Los 2s33 que el piloto de Lanús le llevaba a Mariano Altuna en la cuarta vuelta de la carrera se expandieron en los diez giros que le siguieron hasta los 7s121 de la vuelta 14. Parecía que iba a ser un triunfo sin alternativas, hasta que se desató el drama. El parabrisas de Moriatis dejó de funcionar y ese detalle, en una carrera bajo el agua, resultaba decisivo.

“En realidad no es que no andaba sino que al principio me avisaron que el de (Rafael) Verna se había quemado, que tratara de no usarlo y lo dejara para los momentos más difíciles”, explica Moriatis. “Pero se puso muy bravo cuando no andaba porque en algunos momentos la visibilidad era prácticamente nula. De a ratos no veía nada y para colmo en un momento miro por los espejos y lo veo a Altuna pegado atrás.”

Altuna comenzó a descontar, avisado del inconveniente, y en el giro 20 ya estaba a la cola del líder. Moriatis había hecho un esfuerzo enorme tratando de mantenerse en pista sin poder desalojar el agua que caía sobre su parabrisas, un gasto multiplicado cada vez que intentaba pasar un rezagado, mientras el piloto de Lobería preparaba su asalto a la vanguardia.

“La verdad, me pasaron muchas cosas en la carrera –recapitula Moriatis–, primero me quedé sin radio, después lo del limpiaparabrisas y al final, que se venían Altuna y (José) Ciantini en medio de los rezagados.”

Pero cuando alcanzaron al veterano Roberto Urretavizcaya, que iba con vueltas menos, Moriatis llegó a superarlo con relativa comodidad mientras Altuna sólo lo lograba unos metros antes de la frenada de la Horquilla. Por afuera, el piloto de Chevrolet perdió adherencia y siguió de largo. No sólo perdió allí la carrera: también la punta del campeonato y los siete puntos para la Copa de Oro que son de rigor. “Tuve la suerte que no tuve en otras carreras”, reconoció el ganador.

“Ema, aflojá que ya terminó la carrera”, le pidieron por radio a Moriatis. Es que bajaron la bandera en la vuelta 24, cuando se cumplieron los 50 minutos máximos, pero con el parabrisas sucio, el piloto de Lanús no vio la bandera a cuadros y siguió una vuelta más a fondo, sin haberse enterado de que ya era el vencedor. “¡Qué bravo se puso!”, dijo luego en el podio. “Di otra vuelta a fondo, para quedarme tranquilo”, explicó. “Más no puedo pedir: Buenos Aires es ‘el’ circuito en el que todos queremos ganar. Lo necesitaba mucho para pelear por el título y vino en el momento justo.”

Acaso Ciantini pudo haberle peleado la victoria a Moriatis en otra circunstancia. “Me tapó mucho Urretavizcaya, me ensució el parabrisas con tierra, si no, creo que podría haberlo peleado a Emanuel”, se lamentó el balcarceño. Matías Rossi aprovechó el retraso de Altuna para subirse al podio. “En un momento venía pidiendo por favor que no me pasara (Norberto) Fontana –contó–. Antes de esta carrera dudaba mucho de poder entrar a los play-offs.”

La carrera

TC. 11ª fecha, Buenos Aires

24 vueltas, 135,384 km

Promedio del ganador: 161,707 km/h.

Record de vuelta: Ciantini, en la 12ª, 1m53s036 a 176,846 km/h.

Campeonato: Fontana, 129,50 puntos; Altuna 126,50; Ledesma 122,50; Aventín 121,50; Ortelli, 116; López, 114,50; Moriatis, Castellano, 111; Martínez, 106; Canapino, 105; Rossi, 102; Jalaf, 99,50.

Próxima competencia: 11 de octubre en Paraná (Entre Ríos).