La franja entre la euforia y la desazón es tan angosta que se transita ese espacio a una velocidad asombrosa. Y los (pocos) hinchas de River que estuvieron ayer en el estadio Monumental vivieron esa sensación luego del encuentro ante Gimnasia. Cuando parecía que finalmente el equipo podía entregarle un triunfo luego de dos derrotas consecutivas, la remontada de los platenses para igualar después de estar dos goles abajo significó una frustración enorme, y de los reconocimientos se pasó a los insultos con una rapidez inaudita. River no pudo sostener aquella diferencia y si bien no terminó en otra caída, el empate ni siquiera alcanza para calmar tantos desencantos.

A pesar de las modificaciones que había decidido el técnico Néstor Gorosito, el desempeño colectivo no fue sólido y el reparto de puntos se acomoda a lo que mostraron ambos. El nivel que exhibió Buonanotte en el segundo tiempo fue lo único que tuvieron los simpatizantes de River para llevarse de la noche fría. El volante coronó su buena actuación con una gran definición para marcar el segundo gol: remató de zurda al palo más lejano de Sessa, luego de enganchar en el área ante un defensor y después de quitarle la pelota a González. Hasta ese momento, nadie podía imaginar lo que sucedería más adelante, y entonces los aplausos para el propio Buonanotte y los chicos Villalva y Bou (reemplazó al lesionado Ortega) dominaban la escena.

La situación era tan generosa que hasta Galmarini y Archubi recibieron halagos en ese lapso. River ofreció lo mejor precisamente en el inicio del segundo tiempo, cuando los toques entre los hombres de ataque terminaban con remates de riesgo hacia el arco de Sessa. Entre Buonanotte, Almeyda y Bou tuvieron chances de marcar el tercero, pero ninguno tuvo precisión en el remate final.

Todo lo contrario había ofrecido el local en la primera parte, debido a que los platenses fueron los dominadores absolutos. Pero curiosamente, a tres minutos del final de ese período, Villalva recibió la pelota luego de un rebote en un defensor y no falló cuando quedó ante el arquero para poner la primera diferencia.

Como el presente de River no permite concesiones, alguien en la platea lo reflejó muy bien. A diez minutos del final del partido, se escuchó “todavía falta un año”. Hasta ahí la ventaja era mínima después del descuento de Ormeño, y esa frase se recordó cuando Cuevas convirtió de zurda luego de una gran maniobra personal, dejando dos hombres en el camino. River estuvo cerca de ganarlo y también de quedarse sin nada en el final, pero la impresión definitiva fue que estuvo lejos de marcharse conforme.

Estadio: River.

Arbitro: Pablo Lunati.

Goles: 42m, Villalva (R); 52m, Buonanotte (R); 73m, Ormeño (G); 86m, Cuevas (G).

Cambios: 30m, Bou (5) por Ortega; 56m, Martinena (6) por González y Cuevas (6) por Vizcarra (G); 76m, Fabbiani por Villalva (R); 80m, Neira por Romero (G).