CHICAGO ESTA CONVENCIDO, HURACAN ESPERA UN MILAGRO
Sueñan con la salvación
A los 16 minutos, los de Mataderos ganaban 2-0 y desataron su ilusión por la posibilidad cercana de zafar hasta de la Promoción. El 4-2 final refleja la diferencia entre un equipo que respalda con juego su aspiración a quedarse en Primera, y otro que parece estar condenado al descenso, al que ayer le hicieron goles hasta Las Toritas...
Por Ariel Greco
Los hinchas de Chicago se mostraban ilusionados con el presente del equipo de Néstor Gorosito, que venía de empatarle a River en el Monumental, aunque tenían algo de temor por tener que ser banca en un encuentro en que no cabía otra opción que la victoria. Del otro lado, los de Huracán ya lucían resignados, pero también tomaban la ocasión como la última oportunidad para intentar levantar cabeza. Por eso, el 4-2 final para Chicago, y sobre todo el desarrollo que tuvo el partido, definido a los 16 minutos del primer tiempo, sirvió para que las tendencias que traían se reafirmaran: Chicago cree en la salvación, incluso sin necesidad de la Promoción. Huracán sabe que descenderá, aunque los números todavía no lo indiquen.
“Que Chicago es de Primera/ de Primera no se va.” El canto de los locales no tardó en llegar, casi como no tardó el gol de Ceballos que empezó a sentenciar la historia. La imagen de la impotencia que tenían los jugadores dentro de la cancha la reflejaban los periodistas de la FM 95.5, partidaria de Huracán. “Ya no tengo ganas de seguir”, tiró al aire el relator a los seis minutos, en su primera intervención tras el 1-0. Ni hablar cuando Carreño anotó el segundo, diez minutos más tarde. “Esto ya lo dijimos. Huracán no debió presentarse a jugar el campeonato”, disparó el comentarista. “No veo la hora de que esto termine”, cuando apenas se jugaban 25 minutos. Y esas frases, al aire, eran las más suavecitas. Cuando el micrófono se cerraba, la mezcla de bronca y desilusión impulsaba palabras aún más ácidas.
La hinchada de Huracán recién apareció con su equipo dos goles abajo, y su caravana fue todo un símbolo. Despacito, casi sin cantar, lo de la gente de Patricios pareció una entrada a reglamento, algo así como una presencia con quite de colaboración. Para colmo, los de Chicago, el equipo de la AFA con mayor cantidad de años en Primera B, los recibieron con un hiriente “Vos sos de la B”, que casi no tuvo respuestas de dolidos simpatizantes visitantes. Apenas amagaron con intentar a subirse al alambrado después del cuarto gol, pero ni siquiera tuvieron ánimo para hacerlo.
En el césped, el festival de Carreño, Amaya y compañía continuaba. A esa altura, los de Huracán sólo mostraban resignación. Apoyados contra la pared o en el alambrado, la única preocupación era observar la improvisada pelea que protagonizaba una colorada en el medio de la tribuna, incluso contra algunos hombres. Ni se percataron de la aparición de Las Toritas, que tras su coreografía patearon una pelota gigante dentro del arco que en el primer tiempo había defendido Martín Ríos. Desde la radio huracanense se lo tomaron con humor: “Hoy nos hacen goles hasta Las Toritas”.