COMODO TRIUNFO DE BOCA ANTE COLON
Se amigó con el gol y volvió a la punta
El cuadro de Bianchi se aprovechó de las ventajas que le dio un rival muy débil y se impuso con comodidad por 2 a 0. Barros Schelotto, de penal, y Tevez, en una formidable definición, marcaron los tantos. Ellos dos y Battaglia fueron figuras. Colón llegó por primera vez recién a 3 minutos del final.
Por Juan José Panno
Los hinchas boquenses más veteranos seguramente recordarán un partido por la Copa Libertadores en el que Boca le ganó a Independiente por 2 a 0, en la Bombonera, en 1979. Lo curioso de aquel encuentro fue la notable diferencia de velocidad, fuerza y resistencia entre ambos equipos, que hizo que los jugadores de Independiente casi no crearan ninguna situación de gol ante un rival que los borró de la cancha. Cuando le preguntaron poco después a Juan Carlos Lorenzo, el técnico de Boca, qué les había dado a sus jugadores, respondió pícaro: “Nafta de avión”. Si a algún suspicaz se le ocurriera pensar que Carlos Bianchi emuló a Lorenzo, dadas las notables diferencias que se dieron ayer entre Boca y Colón, no podría llegar muy lejos porque ahora hay control antidoping. El Mellizo Guillermo, Tevez, Battaglia y Cía. no tuvieron ningún estímulo extra fuera de la noticia del empate de River, el chamuyo en la semana de Bianchi y la propia necesidad de demostrar (y demostrarse) que pueden seguir dando pelea en lo más del campeonato.
Los jugadores boquenses se esforzaron tanto como lo habían hecho la semana pasada ante Vélez, pero dejaron la sensación de que ponían un poco más, tal vez porque los de Colón fueron demasiado tibios y porque en la secuencia del segundo gol ganaron tres veces pelotas casi perdidas antes del moño de Tevez. Pero la clave principal es que esta vez a Boca le soplaron a favor y en el primer acercamiento a fondo hasta el arco adversario se pusieron en ventaja. Clemente Rodríguez, volcado al ataque, metió el centro al área para Barros Schelotto y Alemao –que lo marcaba– lo agarró de la camiseta. Sánchez estaba cerca y cobró el penal que el mismo Guillermo tradujo en gol. Le dio fuerte, arriba, al medio del arco de Tombolini que se había inclinado sobre su derecha. Ese gol le dio a Boca la tranquilidad necesaria para cerrarle los caminos a Colón y buscar sin ninguna urgencia la rúbrica del segundo gol. Sin jugar bien, siempre tuvo el control de las acciones.
Entre el primer gol y el segundo, y mientras Colón sólo producían aislados destellos de buen juego sin acercarse a Abbondanzieri, Boca tuvo por lo menos cuatro situaciones de gol en los pies de Tevez y Donnet. El
segundo gol es una síntesis de la diferencia entre ambos conjuntos. Villarreal peleó una pelota dividida en posición de cuatro y la mandó al medio, donde Guillermo hizo un gran esfuerzo para tocársela a Donnet que también trabó y ganó para cruzarla a Tevez, sobre la izquierda. El delantero de Boca se aprovechó de la duda de Herbella, enfiló en diagonal, gambeteó al arquero, se frenó y ante Herbella, que había bajado para cubrir el arco, tocó con sutileza contra un palo. Corazón y clase, buena mezcla para un golazo. Fue el fin del partido, aunque faltaban 25 minutos. Los hinchas aprovecharon para recordar que hay que ganar en Brasil, para lo cual –como bien dijo Bianchi– tendrán que jugar mejor. Y esperar que sigan soplando buenos vientos.