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Ni la memoria de los muertos...
Por G.V.
Fernando Miele no reparó ni en la memoria de los muertos. Según Alberto Guil, su sucesor en la presidencia, “se pagó con cheques sin fondos el sepelio de Rinaldo Martino, una gloria de San Lorenzo”. Uno de los integrantes de la actual Comisión Directiva enmendó semejante irreverencia. Con su propio dinero “le abonó a la cochería que estaba reclamándole a los deudos el servicio prestado”, agregó el presidente.
No les fue mejor a los familiares de Mirko Saric, el joven que se suicidó el 4 de abril de 2000 cuando jugaba en la Primera de San Lorenzo. “Nos encontramos también con que la familia del chico tiene todavía unos cuantos cheques sin cobrar”, describió Guil. Estas macabras curiosidades conviven con otras en la pesada herencia que dejó Miele cuando abandonó el club en diciembre pasado, tras un gobierno que atravesó las tres últimas décadas.
Los directivos que ahora conducen la institución de Boedo comprobaron que faltaban diversos documentos y legajos. “Hay un jugador que desapareció y del que ni siquiera están los antecedentes. Es el caso de Mario Santana. Su préstamo había vencido el 30 de noviembre y cuando asumimos, nos preguntamos: ¿y Santana? Pero él no estaba más. Es el que juega en el Venezia de Italia. Quisimos saber por qué se había ido y ni siquiera quedó una carpeta”, explicó el presidente.
Mario Santana no tiene nada que ver con Jonhatan Santana, el volante que pertenecía a Almagro y que integró brevemente el plantel del chileno Manuel Pellegrini. Este último es aquel que, cuando se iba a incorporar a Nueva Chicago a principios de año, resultó baleado mientras conducía su auto por una autopista. El Santana que hoy vive en la ciudad de las góndolas llegó desde el sur del país a las divisiones inferiores de San Lorenzo, hasta que se fue sin dejar rastros.