FúTBOL › LO QUE TIENE ASTRADA Y LO QUE LE FALTA
El equipo está en ablande
POR DANIEL GUIÑAZU
Cualquier consideración sobre River debe ser escrita en condicional. El verdadero proyecto de Astrada para el Clausura (y para la Copa Sudamericana) dará comienzo cuando Mascherano y Lucho González regresen de la aventura olímpica por Atenas y recuperen su lugar en el medio, cuando Gallardo vuelva a ser el conductor del equipo luego de su operación, y cuando el chileno Salas y el colombiano Patiño sumen minutos en cancha, los suficientes como para ganarse la confianza del técnico.
Pero mientras tanto pueden sacarse algunas conclusiones. Y la primera aparece clara después del empate de ayer ante Banfield: la defensa tiene nostalgias de Ameli. Lo extraña mucho, demasiado. El ahora zaguero del América de México imponía respeto en el fondo, mandaba por presencia, aunque muchas veces el carácter terminara por desbordarlo. Y eso ahora no sucede con Nasuti y Tuzzio. Banfield tuvo un recurso sencillo para complicarles el partido: meter pelotazos frontales o cruzados entre medio de ambos. Lo intentó tres veces en los primeros 10 minutos, y en las tres generó peligro. En todas, inevitablemente, ganaron los jugadores de Banfield y perdieron los defensores de River.
Después, Banfield siguió probando y siguió teniendo buenos resultados. Por arriba llegó el gol de Buján. Y a un corner desde la derecha de Garrafa Sánchez, Tavio le puso la cabeza para decretar el 2-1. Con Ameli, River era fuerte en lo alto. Sin Ameli da ventajas. La moraleja de la igualdad parece evidente: Nasuti y Tuzzio deberán levantar mucho su nivel. No mostraron la apostura que, se supone, deben tener los dos marcadores centrales titulares de un aspirante a ser campeón.
¿Y de Salas y Patiño, qué? El chileno reemplazó a Cuevas, jugó 25 minutos y puso en evidencia que todavía le falta mucho y que hay que llevarlo de a poco si lo que quiere es no seguir lesionándose. Anduvo generalmente por la izquierda y casi que no cambió posiciones con Maxi López, su compañero en el ataque, cuando más temprano que tarde vuelva a estar desde el arranque.
Patiño entró por Gastón Fernández, completó 20 minutos y en ese rato mostró movilidad, toque y atrevimiento como para aspirar pronto a ser titular. Fue enganche junto con Sambueza pero ése, seguro, no será su lugar en River: si está afilado, el colombiano jugará como volante por cualquiera de los dos costados. Tendrá, quizá, la competencia más dura de todas: estarán Lucho González, Pereyra, Sambueza y Zapata mordiéndole los talones si se descuida.