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Por G. V.

Del contrato entre Cablevisión y Boca se desprende que la empresa abonó 1.068.687 dólares por sus derechos exclusivos. Esta suma se desglosó en 200 mil a la firma del convenio, 300 mil a depositar en una cuenta corriente de la Banca Nazionale del Lavoro, otras dos cuotas de 200 mil cada una y la restante –que completaba el pago–, de 168.687 dólares, se habría cancelado el 10 de abril de 2001.
El acuerdo entre la institución que preside Mauricio Macri y la operadora de cable también señala curiosidades que, por entonces, pasaron inadvertidas. Por ejemplo, “el derecho a tomar, emitir y reproducir cualquier tipo de imágenes y declaraciones del plantel profesional de Boca Juniors, con grabaciones personales de sus integrantes, a los efectos de promocionar el encuentro”. Más adelante, en el contrato dice que el club se obligaba a “gestionar la realización de una entrevista” con Carlos Bianchi, Oscar Córdoba, Jorge Bermúdez, Juan Román Riquelme o Martín Palermo para que fuera incluida en la revista de Cablevisión correspondiente a noviembre de 2000.
Semejantes obligaciones contraídas por Boca sólo se comprenderían de una manera: la institución siempre fue socia de su plantel y cuerpo técnico en los dividendos que generan instancias decisivas como una final de Copa. Boca afirma que le cedía a Cablevisión derechos en exclusividad que, a su vez, estaban “en un todo de acuerdo con los derechos televisivos y radiales que le fueron cedidos por ISL”, la multinacional socia de la FIFA que quebró tiempo después. ¿A qué derechos otorgados por ISL se refiere el contrato? Porque Boca, por el contrario, había firmado un anteproyecto con esa compañía suiza en septiembre del 2000 donde no recibía sino que le cedía todos sus derechos comerciales.
Entonces, cabe preguntarse: ¿qué tenía que ver ISL en todo esto y qué derechos le vendió a Boca que, a su vez, el club le extendió a Cablevisión?