FúTBOL
Rendimiento desparejo
Por Adrián De Benedictis
River sufrió ayer la segunda derrota consecutiva en el torneo, pero lo más preocupante es el bajo nivel que vienen mostrando sus individualidades. El conjunto de Núñez sufrió siete goles en dos encuentros, y para colmo no evidencia síntomas de reacción. En la dolorosa tarde de ayer, el único que apenas sobresalió por sobre el resto fue el ex delantero de Quilmes, Alejandro Domínguez (ver aparte). Junto a él, otro que también estuvo un escalón arriba fue el defensor Celso Ayala. Pero, en definitiva, el flojo desempeño de sus jugadores llevó a River a alejarse cada vez más del líder Independiente, y aquellos dos puntos que lo separaban hace algunas fechas ya quedaron en el recuerdo.
El paraguayo Ayala no tuvo inconvenientes para responder en el juego aéreo, y también estuvo cerca de convertir en el área de Boca, pero Abbondanzieri respondió con acierto. El único problema fueron los desacoples que tuvo con Garcé sobre el sector derecho; y en el segundo gol de Boca se dejó anticipar por Bracamonte. El resto de la última línea tuvo un partido para el olvido. Demichelis jugó quizá su peor encuentro en el club: perdió muchas pelotas por entregas imprecisas, y cuando salió a cortar a los costados lo hizo a destiempo.
Garcé se dejó ganar las espaldas por Barros Schelotto permanentemente, y casi no se desprendió al ataque. Así, River sintió la falta de llegadas por esa franja. Rojas controló bien a Tevez cuando éste se ubicó por ese sector, pero en la segunda parte no pasó la mitad de la cancha. En el medio, D’Alessandro no pudo gravitar y River careció de un conductor claro. El volante probó una vez al arco y la pelota se fue al lado del palo. Tampoco encontró compañía en Luis González, que dejó la cancha por una lesión, justo cuando parecía levantar su nivel.
Los volantes de contención, Astrada y Zapata, no pudieron ganarles a los del medio de Boca. El primero realizó bien los cambios de frente, pero se dejó anticipar con la pelota dominada. Sus remates al arco fueron muy desviados. Por su parte, Zapata se preocupó más por las subidas de Ibarra, y cuando buscó en ofensiva, terminó asistiendo a Fuertes en el gol con un centro bajo. River lo necesitó mucho por ese andarivel. Guillermo Pereyra ingresó por Astrada y no logró dominar la zona central. El arquero Comizzo fue el más flojito: pareció mal parado en el primer gol de Boca, y tampoco reaccionó en el segundo. Apenas desvió dos tiros de cierto peligro.
Entre los delanteros, Cavenaghi estuvo demasiado lejos del área, y eligió retrasarse unos metros para estar más en contacto con la pelota. Tampoco tuvo situaciones concretas para marcar. Cuevas ingresó en su lugar, pero si bien mostró movilidad por la derecha, no terminó bien sus acciones de ataque. Fuertes pisó la cancha a los 31 de la primera mitad, y más allá de que en esa parte no participó del juego, en el segundo tiempo convirtió el empate ingresando por el segundo palo. Luego no tuvo otra chance para volver a concretar. El juego de River se lo impidió...
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