TACTICAS DE METEGOL
Bianchi mueve los muñequitos
Por Facundo Martínez
La victoria sobre Banfield, que fue en rigor mucho más ajustada de lo que indicó el resultado, sirvió, pero no solamente por la obtención de los tres puntos, que le permiten a Boca mantenerse cerca de los líderes del torneo, sino por las variantes ofensivas que Carlos Bianchi manejó ayer y que le permitieron dar vuelta el trámite y luego liquidarlo. Desde el arranque, el técnico probó con dos delanteros por afuera y un media punta –Estévez y Barros Schelotto, y Tevez–; después hizo ingresar a Moreno -¡por el volante Christovao!– y, ya en ventaja, puso en la cancha a Delgado –por el Mellizo– para que compartiera oportunidades con Moreno y Estévez.
El resultado sirvió, entonces, para calmar la ansiedad de los boquenses que no festejaron la decisión del entrenador de poner demasiados suplentes frente a Unión –en la segunda fecha–, y fue todavía más útil para Bianchi, en función del trabajo que intenta realizar para consolidar al grupo de jugadores que encontró en el club tras su regreso. Sin dudas, lo que se vio ayer en la Bombonera fue algo así como una radiografía del trabajo del entrenador en los aspectos ofensivos –ya no era noticia que a Boca le costaba anotar–; de ahí que frente a Banfield hayan pisado el campo cinco delanteros para trabajar cuatro recetas diferentes.
La primera variante no dio buenos frutos –aunque hay que reconocer los méritos de los defensores del conjunto de Luis Garisto, sobre todo los de Javier Sanguinetti–, porque Tevez, que arrancaba un poco retrasado, llegaba sin fuerzas al área del rival y porque Estévez no era el que fue luego en el complementario. El ingreso de Moreno produjo el desparramo en la última línea de Banfield y entonces sí comenzó a notarse el trabajo de Guillermo y de Estévez por afuera y la habilidad de Tevez para, por la franja central, sacarse la marca de encima y generar situaciones. Por último, con Delgado, el ataque de Boca se pareció más al del inicio, pero con más presencia en el área. Los goles fueron tres, dos de Guillermo y el último, de Moreno, pero las situaciones fueron realmente muchas, más que la suma entre delanteros y variantes; aunque no todas prosperaron, por supuesto.