RESEñAS
Los usos de Nietzsche
Diálogo con Nietzsche.
Ensayos 1961-2001
Gianni Vattimo
Trad. Carmen Revilla
Paidós
Barcelona, 2002
306 págs.
por Pablo Dreizik
La edición que se presenta como Diálogo con Nietzsche reúne quince trabajos publicados por Vattimo, a lo largo de cuarenta años, en diversas publicaciones especializadas. En su conjunto, los trabajos publicados comparten el sesgo de un acercamiento filosófico-problemático dirigido a un pensamiento, como el de Nietzsche, muy frecuentemente objeto de ocurrencias triviales. En ese sentido, Vattimo previene sobre esos usos del nombre Nietzsche: “La actual popularidad de su filosofía está cargada de una ambigüedad que denuncia la necesidad de una clarificación”, y más adelante continúa advirtiendo acerca de no confundir la amplitud de las interpretaciones con el rigor en el análisis: “La diversidad de la interpretación no depende sólo de la subjetividad de los intérpretes, sino de la riqueza del objeto al que se aplican”.
Si bien el volumen se presenta desde su título como un diálogo con Nietzsche, los interlocutores privilegiados de estas ideaciones de Vattimo son, en rigor, los intérpretes contemporáneos del pensamiento del filósofo alemán. En este sentido, Vattimo indicará críticamente, en el trabajo “Arte e identidad. Sobre la actualidad de la estética de Nietzsche”, la persistencia de lastres metafísicos en la lectura que Derrida hace de Nietzsche. Este resto metafísico en la lectura derridadeana se descubre cuando el filósofo francés sustituye meramente la figura de “estructura” por la “archiescritura”. Igual sucede con la noción de “genealogía”, vastamente divulgada en los años ‘80 a partir de los trabajos de Foucault, a la que Vattimo niega su ascendente nietzscheano en “El problema del conocimiento histórico y la formación de la idea nietzscheana de la verdad”.
Así, se perfila una insistencia en todos los trabajos aquí reunidos en contrastar una “escuela francesa” y una “escuela italiana” de lectura de Nietzsche. Mientras la escuela francesa (Deleuze, Foucault, Klossowski y Derrida) habría operado una estetización del legado nietzscheano, su contraparte italiana, menos notoria, afirma Vattimo, pudo articular un Nietzsche más constructivo y político directamente ligado a la suerte de la izquierda italiana durante los 70. De todos modos, en el trabajo “El Nietzsche italiano”, incluido en el volumen, Vattimo toma distancia de la interpretación del filósofo italiano –e intendente de Venecia– Massimo Cacciari, a quien le atribuye una imagen de Nietzsche demasiado cercana a la que dio Heidegger cuando caracterizó al filósofo alemán como la culminación de la vocación metafísica de Occidente.
Más interesante resulta, sin embargo, el contrapunto que Vattimo establece con la Tradición Crítica, sobre todo en la figura de Adorno. Para Vattimo, la insistencia de Adorno en la noción de “apariencia” no le habría permitido dar un paso más allá de la identidad del sujeto, paso que sí en cambio habría dado Nietzsche con su crítica radical.
Quizá no esté de más señalar que el trabajo más sugestivo del volumen corresponde a una ponencia ofrecida por el filósofo de Turín el 15 de octubre de 1994 en la Universidad de Buenos Aires. Allí Vattimo vuelve críticamente sobre la “escuela francesa” –extendiendo esta vez la crítica a la escuela americana de Rorty y Nehamas– y su recepción esteticista del pensamiento de Nietzsche, pero en esta última versión salva la tempranainterpretación de Bataille, a la cual le dispensa la promesa de complot y transgresión que redimirá al mundo.