Domingo, 22 de febrero de 2015 | Hoy
INEVITABLES
... o Paraguay, el musical. Un grupo de jóvenes de clase media alta viajan a un casamiento en San Ignacio, Paraguay. Algo atasca el viaje, se trunca, se pierden. No saben cómo llegaron, no recuerdan, ni lo intentan. La tierra colorada los hace asociar con la sangre, piensan en la Guerra de la Triple Alianza y eso los lleva a la conclusión de que ellos le deben algo al Paraguay. Con el auto arrinconado en un punto del escenario, la obra se despega hacia un impensable destino musical. Este espectáculo formó parte de la última edición del festival El Porvenir, para directores menos de 30 años. Con Lucía Asurey, Fernando Contigiani García, Guadalupe Fernández Peña, Marcos Gómez, Julia Morgado. Diseño sonoro de Franco Calluso. Texto y dirección de Juan Gabriel Miño.
Domingos de marzo a las 18, en La Carpintería, Jean Jaurés 858. Entrada: $ 100.
Del 20 al 28 de febrero de 2015 se lleva a cabo el V Festival Shakespeare Buenos Aires, auspiciado por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, el British Council y la Embajada del Reino Unido. En esta quinta edición, el festival presenta una variada oferta de actividades. Obras nacionales, como la lectura de Venus y Adonis a cargo de Norma Aleandro, o el espectáculo para jóvenes y adultos Hamlet Surf o no surf, con dirección de Matías Feldman y Santiago Gobernori, proyecciones cinematográficas, charlas debate con académicos y especialistas, ensambles, caminatas, y hasta bicicleteadas en honor al padre del teatro isabelino. Esta edición además cuenta con el espectáculo internacional Sweet William, unipersonal de Michael Pennington. Todas las actividades son con entrada libre y gratuita.
Reservas para todos los espectáculos y workshops en www.festivalshakespeare.com.ar
Dos son los discos con los que Andrés Calamaro acaba de honrar su contundente banda actual, integrada por Baltasar Comotto y Julián Kanevsky en guitarras, Mariano Domínguez en bajo, Sergio Verdinelli en batería y Germán Widemer. En estado de gracia Stone, el sexteto –con su líder alternando en teclados y guitarras– despliega todas sus dotes en Pura sangre, el disco incluido en el DVD que testimonia mayormente el show realizado en el Hipódromo de Buenos Aires en diciembre del 2013, y en el disco propiamente dicho, Jamón del medio, que compila actuaciones durante la gira española de presentación de Bohemio, en julio del año pasado. En ambos, el grupo no sólo recorre repertorio histórico y actual, sino que también agrega aquí y allá citas rockeras varias, como un final con “De música ligera” para Pura sangre, o el momento Yupanqui en la versión de “Estadio Azteca” incluida en Jamón del medio, tal vez el más equilibrado de los dos discos. Aun cuando Pura sangre se permita el lujo de ir bien atrás en el tiempo, incluyendo no sólo “A los ojos”, que abría el debut de Los Rodríguez, sino también “No me vuelvas la espalda por eso”, de aquella injustamente ignorada obra maestra llamada Nadie sale vivo de aquí, que coronó su primera etapa solista de los ’80.
Entre Tilcara, La Pampa, Buenos Aires y París. Esos son los destinos que Agustina Paz intenta unir en Yugo, su tercer disco. Nativa de Norberto de la Riestra, en la provincia de Buenos Aires, corista de Los Pericos y compositora para Operación Triunfo, Yugo está producido por Hernán Pérez y es un delicado trabajo que cuenta con invitados como Alejandro Terán, Grace Cosceri, Mr. Miguelius, Quintino Cinalli y el acordeón de Juampi de Mendoca, de Sonora Marta La Reina. Sucesor de Bosques en desiertos (2009) y El Paztiche (2011), este tercer disco de la pianista y cantautora incluye la participación de Teddy Iafare-Gangama, poeta de la Isla de la Reunión.
Parodia de las películas de ciencia ficción de los’70 y del absurdo imaginario que manejaba el género en la época, su vestuario futurista ridículo, sus sets repletos de paneles cuadrados y luces redondas y botones, Space Station 76 es una película que alterna entre momentos muy graciosos, otros tristes, y otros decididamente incómodos. El capitán de la nave titular, Captain Glenn (Patrick Wilson, de El conjuro) es un borracho machista, que no puede creer que le han asignado como segundo a bordo a una mujer, la bella y amable Jessica Marlowe (Liv Tyler). El resto del reparto conforma un grupo apto, por abundante y diverso, para hacer una telenovela con sus historias: los empleados de la compañía, sus amantes, un pequeño niño; todos interpretados por grandes pero mayormente ignotos actores, como Marisa Coughlan, Matt Bomer (de White Collar) y Jerry O’Connell, sumados con convicción a esta suerte de lado B de series como Cosmos 1999 (la de Martin Landau), el Buck Rogers de los ’70/’80 y Galáctica. Una locura que debería haber pasado por los cines pero no: llega por estos días directo al dvd.
Hubo un tiempo en que Mario Van Peebles fue una de las grandes promesas del cine negro. Pero el sueño se frustró, y salvo por un par de títulos como New Jack City (1991), Posse, Panther, y el biopic sobre su padre Melvin, Badaaass (2004), su carrera se desinfló y el hombre pasó los últimos veinte años actuando en films de otros y dirigiendo capítulos de series como Lost, CSI y Nashville. Su última película como realizador, Red Sky, no cambiará su suerte pero se deja ver: todo el asunto gira alrededor de un piloto de combate, Butch Masters, al frente de escuadrón de rebeldes que busca, ejem, armas de destrucción masiva en Medio Oriente. Con Cam Gigandet, Shane West y la bonita Rachael Leigh Cook, estreno directo a dvd.
CINE
Basada en un musical teatral de Stephen Sondheim –autor de Sweeney Todd– que conoció exitosas puestas en Broadway y el East End londinense en los ’80 y ’90, Into the Woods llegó a los cines un poco opacada en medio de la marea de estrenos nominados al Oscar, pero conviene prestarle atención. No porque esté enteramente lograda, sino porque involucra varias operaciones interesantes para quienes estén interesados en la vuelta que está viviendo el cuento de hadas en el cine y la televisión actuales, y ofrece un puñado de actuaciones inspiradísimas. Las canciones y la actuación de Johnny Depp como el Lobo pueden ser los elementos menos atractivos de la puesta del director Rob Marshall (el perpetrador de Nine), pero Emily Blunt, Anna Kendrick y Chris Pine (en particular la primera), y Meryl Streep como la bruja, están soberbios.
Hace casi diez años que el director Arie Posin se convirtió en una de las grandes esperanzas del cine indie americano con The Chumbscrubber. A pesar del carácter de culto de aquella ópera prima, tuvo que esperar esta larga década para volver a filmar. El resultado de su segundo esfuerzo es The Face of Love, el drama de una viuda que se enamora de un tipo físicamente muy parecido a su marido muerto, que el destino terminó convirtiendo en uno de los trabajos póstumos de Robin Williams, y que por unos días estará coincidiendo en la cartelera con otra de las actuaciones más recientes del hombre que fue Mork y que puso fin a su vida medio año atrás: Una noche en el museo 3. Williams hace del vecino enamorado sin esperanzas de la viuda; lo acompañan Annete Bening (con su pasión mortuoria) y el gran Ed Harris, como el finado y su doppelganger.
Icono académico, literario, político y del feminismo, Sontag es el magnético personaje alrededor del cual gira este extraordinario documental que, tal como supo apreciarlo la crítica en su estreno en los festivales el año pasado, “le hace justicia tanto al alcance y la influencia de su obra como a los detalles de su vida personal, incluyendo sus prolongadas y profundas relaciones lésbicas en una época en que la homosexualidad aún era un asunto polémico incluso entre la intelligentsia liberal”. Tras casarse y divorciarse del sociólogo Philip Rieff (con quien tuvo a su hijo David en 1957), Sontag estuvo sentimentalmente vinculada al pintor Jasper Johns, a la coreógrafa Lucinda Childs, la escritora Eva Kollisch, la actriz francesa Nicole Stéphane, la dramaturga cubana María Irene Fornes y, por supuesto, a la fotógrafa Annie Leibovitz. Sus libros, su enfermedad (le declararon un cáncer terminal en 1975), su narcisismo y su arrogancia, su postura sobre el 11-S; todo aparece de un modo u otro retratado en el film de la directora Nancy Kates, quien hace malabares con los infinitos asuntos de una vida llena de contradicciones y complejidades.
El jueves 26 por HBO Signature
El agente federal Cabe Gallo (el inefable Robert Patrick) recluta a Walter O’Brien (Elyes Gabel) y su equipo de geniecitos socialmente disfuncionales, para que los ayude con asuntos de seguridad nacional relativos a amenazas hi-tech. Todo el asunto está inspirado en una historia real, pero su dramatización incurre en el ridículo sin culpa cada dos o tres minutos de metraje. Lo bueno es que es una serie de acción a la antigua: nada de aspiraciones realistas ni sofisticación, lo único que importa es presentar situaciones peligrosas y emocionantes y resoluciones divertidas y heroicas, además de chicas lindas, como Katharine McPhee la madre de un niño-genio que se convierte en algo así como la experta en relaciones humanas de este grupete poco afecto a tratar con personajes de carne y hueso.
Lunes a las 21, por AXN
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