“No tenemos colchones cómodos, ni almohadas mullidas, ni ligeros y calentitos edredones”, avisa la web oficial de un flamante hostel oriental. Curiosa promoción, habiendo inaugurado espacio hace apenas unos días. Empero, honestidad brutal mediante, Book & Beed –tal es el nombre de la hostería– tiene algo mejor: alrededor de dos mil libros y cómics de todos los géneros, y en dos idiomas: inglés y japonés. Entre ellos se hallan semi-escondidas las incómodas camas, treinta de ellas, y un sofá de lectura con preciosa vista a Tokio. Aunque ningún huésped vaya a asomarse, ocupado como estará en seguir la trama de la novela o thriller a elección… “Somos un alojamiento-librería. Aquí no encontrará el escenario perfecto para una simple noche de sueño. Lo que ofrecemos es una experiencia: el gozoso instante en que se le caen los párpados de tanto leer, sea un libro, sea una historieta, y continúa, hasta que acaba dormido. Nuestro concepto es, pues, el de refugio –o paraíso– para lectores”, completa la página del peculiar establecimiento, que alberga más tomos que personas y se ubica en el séptimo piso del edificio Lumiere, en el distrito Ikebukuro, al noreste de la capital japonesa. Además de literatura y cuasi literas (no aptas para claustrofóbicos), hay baños y duchas compartidas, wifi gratuito, luces en todas las camas. Pasar la noche cuesta desde 30 dólares (el día, desde 12), una ganga. “Cuando voy a hoteles cinco estrellas, la cama es comodísima, pero me encuentro queriendo dormir en el bar. A veces, lo importante es estar en un lugar interesante. A eso apuntamos con Book & Beed”, advierte So Rikimaru, de la firma R-Stone, que gestiona el espacio. Y agrega que, de hecho, la empresa planea ampliar su serie de alojamientos con nuevos conceptos hospitalarios. ¿El próximo? “Un bar donde, además de beber, se duerma”. Qué pasada.