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Las cirugías plásticas se han vuelto tan comunes en Hollywood que los ejecutivos del cine y de la televisión ahora buscan actores más naturales en Inglaterra y Australia. Según el New York Times, los que acuden a las audiciones en Los Angeles son todos iguales: las mismas siliconas, la misma juventud de mentira. “Para mí todos parecen drag queens o strippers”, dice Marcia Shulman, encargada de casting para Fox.

Mindy Marin, que trabajó buscando actores para Amor sin escalas, urge a los representantes para que sus clientes no se hagan cirugías; en especial las celebridades mayores que, sostiene Marin, pierden oportunidades porque su piel está muy tensa o muy hinchada de rellenos. “Lo que quiero ver es algo real”, dice Mindy.

Los hombres no son ajenos a la cirugía; sin embargo, como siempre, son las mujeres las que sufren un escrutinio más intenso. El botox es el enemigo: en la era post-Avatar de películas 3D, la expresividad se ha vuelto más necesaria que nunca. Sin contar que la televisión digital, con su definición casi perfecta, hace mucho más evidentes las cirugías; además el público aprendió a reconocerlas y ya no perdona.

Le tomó años a Hollywood instaurar una imagen falsa del cuerpo femenino. Ahora que consiguieron sus mujeres plásticas, no las quieren más. ¿Quién los entiende?