¿Las palabras tienen sabor? Al parecer, sí. Al menos desde que Misha Volodin –un vendedor de discos de 30 años de San Petersburgo que, durante la noche y como DJ, responde al seudónimo Morskoiboy– crease la primera máquina de escribir hidráulica que mezcla cócteles. El mecanismo es sencillo: cada letra está conectada a una manguera y, al tipear, inyecta jarabes o alcoholes al vaso final. Hay un sabor por letra y 136 tubos internos (lo que equivaldría a 30 metros de tubería).

Al parecer, el coqueto y transparente adminículo se fabricó rápidamente. “De principio a fin, me tomó menos de dos meses darle forma y todos los materiales costaron alrededor de 100 dólares. Usé mi tiempo libre, después del trabajo, para construirla”, contó el inventor a MetroNews Canadá.

Aunque el interés por la máquina crece, Morskoiboy se muestra reacio a fabricarla en cadena. “Hice una como proyecto artístico y no tengo intenciones en vender el prototipo o realizar otros modelos. Después de que alguna gente vio el video en YouTube, recibí muchos pedidos pero, por el momento, quiero hacer otras cosas”, explicó el ruso y aclaró: “Igual, tiene sus contras: los cócteles no siempre saben como uno quiere y la máquina es difícil de lavar”.