[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Palabras más, palabras menos, ningún formato artístico entró al mundillo de la expresión superior sin someterse a un exhaustivo análisis contemporáneo. Desde Nueva York, el strip tease busca sumarse a las filas que encabezan el ballet o la danza contemporánea. ¿Será que “el arte de sacarse la ropa” será un arte al fin? La intentona no es desinteresada; parte del abogado de un centro nocturno de un suburbio de Albany, Estados Unidos, que el miércoles pasado presentó el debate frente a la Corte de Apelaciones, argumentando que Nite Moves –el sitio que representa– debería recibir la misma exención fiscal que beneficia a las “presentaciones de artes dramáticas y musicales”.

Es que acorde con el doctor W. Andrey McCullough, el baile de caño o el lap dancing de regazo es, sin duda, una forma de arte y el gobierno no está capacitado para determinar lo contrario. Hacer tal distinción sería, en su opinión, “una violación del derecho constitucional a la libertad de expresión”. “El fiscal rechazó el análisis y las autoridades siguen exigiendo los 400 mil dólares en impuestos atrasados del club”, informa el Huffington Post sobre el desarrollo de un caso que ya alcanza a la Corte Suprema. A la espera del veredicto final que saldrá el mes próximo, los casi 200 clubes nocturnos del Estado de Nueva York muestran su interés en el tema porque, de aprobarse la intentona, la exención beneficiaría a muchos.

“Tenemos que entender que esto no es el Bolshoi”, expresó el escéptico juez Eugene Pigott Jr. que, más tarde, aseguró que las mujeres bailan sin entrenamiento y simplemente “hacen lo que hacen”. Así, mientras al menos tres de los siete jueces del panel cuestionaron que la ejecución debe ser coreografiada para ser considerada artística, uno de sus representantes –Jonathan Lippman– sugirió que, a menudo, las danzas de otras disciplinas también se improvisan.

Para McCullough, el Estado de Nueva York sencillamente no es un crítico de arte y, reafirmando su punto de vista, presentó el testimonio de un antropólogo que apoyó los contoneos de las bailarinas exóticas. Un debate caliente con curvas sugerentes y sinuosas.