¿Será que Angela Merkel ha descuidado Alemania al no tomar recaudos contra una enemiga interna del país: la paloma? Eso cree una mujer de la ciudad de Darmstadt, cuyo nombre no ha sido difundido y que, la semana pasada, decidió poner su peculiar caso en manos de la ley: tras observar que un ave vigilaba y merodeaba su hogar constantemente, la mujer le puso una denuncia por acoso ante la policía local.

Al parecer, la paloma psicópata ha privado a la mujer de su intimidad, espiándola las 24 horas del día. De allí que la alemana se arrimara a la policía. Y, perseguida, denunciase: “Cuando abro la puerta de casa tengo que andar con sumo cuidado para que la paloma no se meta dentro. Si no consigue entrar, se queda posada en una rama de un árbol que hay enfrente, mofándose de mí”. Eso, durante tres semanas. Tres semanas de persecución que le han crispado los nervios a la pobre frau. Además, la exasperada europea dijo a los oficiales que el “malvada pájaro” había frecuentado su jardín y su terraza buscando entablar algún tipo de “relación familiar” con ella.

Afortunadamente el asunto no pasó a mayores. Atento a la denuncia, el plumífero voló de la rama señalada el mismo día que la señora acudió a la policía. Los agentes, chochos; no tuvieron que perder el tiempo asistiéndola en la escena del crimen. Aunque sí le recomendaron que acuda a un psicólogo animal. Uno agregaría: a cualquier psicólogo. Lo anda necesitando.