Domingo, 6 de enero de 2013 | Hoy
CRUCES > EL ECO DE MIS MUERTES, SANTIAGO CARUSO ILUSTRA A ALEJANDRA PIZARNIK
Santiago Caruso viene ilustrando a autores como H. P. Lovecraft, Ambrose Bierce, Marcel Schwob o Mikhail Bulgakov, además de numerosos libros de género fantástico, aquí y en otros países. Casi todo su trabajo, influido por el simbolismo y el decadentismo, tiene inspiración literaria. Pero de todos los autores que eligió o le tocaron, ninguno lo conmovió tanto como Alejandra Pizarnik. En 2010 ilustró La condesa sangrienta, publicado en una lujosa edición de El Zorro Rojo. Y el año pasado organizó, para el 40º aniversario de la muerte de la poeta, un homenaje con charlas, objetos personales y dibujos en el Museo Larreta. Allí se pudieron ver algunos de los que forman parte de El eco de mis muertes, libro y muestra, relato visual y personal que no elige un recorrido cronológico ni poemas en particular, sino retratar a Pizarnik y sus mundos.
Por Mercedes Halfon
No es la primera vez que Santiago Caruso se pone a trabajar con la obra poética de Alejandra Pizarnik. Hay algo en la forma de pensar la ilustración que tiene este joven dibujante de treinta años, que parece llevarlo derechito hasta los poemas de la vernácula poeta maldita. Primero fue la versión ilustrada de La condesa sangrienta, editada por Libros del Zorro Rojo en 2010. La intensa experiencia de elaboración de ese material lo condujo a encontrarse con la inabarcable bibliografía de análisis y semblanza relacionada con la poeta. Una vez metido en ese fangal decidió ir hasta el fondo. Armar una muestra que la homenajeara a cuarenta años de su muerte, sumando en el proyecto a estudiosas alejandrinas. Así fue como se realizó el año pasado en el Museo Enrique Larreta un evento del que participaron Cristina Piña, Ivonne Bordelois, Ana Becciú, Mariana Enriquez y Fernando Noy, en la palabra; mientras que Caruso se encargó de la pintura.
Y quizás no hubiera destino mejor que esos dibujos –pequeño formato, realizados en acuarela– que el de volverse también libro. Así nació El eco de mis muertes, el hermoso libro de imágenes, edición de autor, que Santiago editó en 2012. Hoy se pueden ver los dibujos y conseguir el volumen que los reúne en Moebius Liceo, la galería dedicada al género ilustración, por la que también pasaron recientemente Carlos Nine y Liniers.
Libro y muestra establecen una relación compleja con la literatura de Pizarnik. A diferencia de lo ocurrido en el trabajo con La condesa sangrienta –o con sus ilustraciones de libros de H. P. Lovecraft y Ambrose Bierce, editados por Zorro Rojo–, esta vez no se trató de ilustrar una obra particular, párrafo a párrafo, sino de ir un poco más lejos. Tomó la obra poética en su conjunto y realizó una serie que forma una especie de recorrido o historia. “Intenté construir un relato visual propio a partir de la búsqueda de Pizarnik de hacer el poema con el cuerpo, de ser ese poema, de tener una interacción profunda con su obra literaria. Y también abarcar los mundos que describen los distintos libros de Alejandra: la idea del día como lo asfixiante, los pájaros que incendian el aire, las figuras que se donan por la poesía, lo desértico, las niñas moribundas, la noche como espacio mágico ligado a la escritura. Traté de ordenarlos y de darles un sentido narrativo, si bien es bastante poética esa narración en imágenes.”
Los dibujos están señalizados por versos de Alejandra que va trazando ese hilo que une pintura y poesía. Sin embargo, el recorrido es incierto, ambiguo, permite al espectador múltiples lecturas, no hay algo que literalmente remita a un poema, sino más bien a una atmósfera que, por otra parte, no podría ser de otra que no fuese Pizarnik. “Invitada a ir nada más que hasta el fondo”, escribe la poeta y da título a un dibujo en el que se ve a una muchachita muy parecida a ella atravesando un espejo que recuerda al de Lewis Carroll, pero mucho más tenebroso. Luego sigue otra imagen en la que vemos a una chica que se incendia y con su fuego derrite la jaula en la que está encerrada. ¿Alejandra otra vez? “Todas son Alejandra. Cada imagen plantea una nueva transformación. Justamente, la serie se llama El eco de mis muertes porque surge a partir de su aniversario, como unos ecos que vienen en el tiempo, de la obra de ella en mí. Tomando esa idea de no sólo del reflejo visual de la figura en el espejo, sino también la figura y su sombra, y lo sonoro, la figura y su eco. Todas las imágenes tienen algo de una que pasa a la otra; son una serie de transformaciones de los personajes, en el que el central es la escritora que pasa a ese espacio simbólico que es la escritura.”
Quizás el componente de Pizarnik que más fascinó a Caruso fue su imagen de poeta romántica, entregada a la escritura con una pasión completamente arrasadora. Romanticismo que se complejiza al interior de los poemas, en donde sus procedimientos no se quedan sólo en lo romántico, sino que se ligan a la sangre, a la oscuridad, al surrealismo. “La poesía de Pizarnik es muy oscura, hay mujeres que mueren, cuchillos por doquier, temas que pertenecen a la poesía decadentista de fin de siglo XIX. Y es ese movimiento, junto con el simbolista, de los que yo me siento heredero. Los simbolistas, los decadentistas, eran pintores que estaban íntimamente relacionados con lo literario, ya sea con la mitología o con la poesía de esa época. Algo parecido me pasa a mí.”
Extraño pero real, Caruso –si bien rescata artistas como Odd Nerdrum y Zdzislaw Beczinski– se emparienta con un arte que tuvo su esplendor hace un siglo atrás. ¿Cómo llegamos desde el simbolismo a este dibujante formado en la historieta y la ilustración? La síntesis que propone Caruso es a través del género fantástico, “Una mirada literaria que interpela la realidad, disfrazándose de algo imposible para meterte en un problema que es de índole filosófica o poética.” Esta es la potencia de los dibujos de Caruso: como los poemas de Alejandra Pizarnik, se revelan contra una corriente esperable de una época. Usan su fuerza surreal para discutir lo cotidiano, con esa oscuridad sensual que suele aparecer en los sueños.
www.santiagocaruso.com.ar El eco de mis muertes se puede ver en Moebius Liceo, Santa Fe 2729, local 13.
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