François Brunelle, un fotógrafo canadiense con residencia en Québec, dice haber estudiado el rostro humano desde que comenzó a disparar su cámara, con 18 años, a fines de los 60. La experiencia recolectada a lo largo de las décadas le ha allanado el camino a la hora de armar su nueva colección, “I’m not a look-alike!”, una engañosa muestra de retratos de gemelos. O, en honor a la exactitud, de lo que pareciera ser gemelos.

Porque afilando la mirada, llega la verdad: las duplas fotografiadas por el artista son, en realidad, gente muy pero muy parecida pero sin lazos sanguíneos y con claros rasgos que los diferencian. Eligiendo sus modelos en Estados Unidos y Europa, Brunelle asegura que hay un fin detrás de la idea y es el de explorar íntimamente el vínculo entre los desconocidos y cómo tratan en forma misteriosamente similar su apariencia.

“Encontré a mis primeros fotografiados entre gente conocida pero, a medida que el proyecto se volvió viral gracias a los medios de comunicación, más y más personas se acercaron para participar”, explicó el canadiense, que continúa agrandando la serie y planea continuar buscando falsos gemelos durante el año. Más información en brunelle.com