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Algunos amores no mueren nunca; la pasión por la música es uno de ellos. Tal es así que una empresa sueca ha pensado la mejor manera de que los melómanos pasen a mejor vida y, con tal fin y aprovechando que el literal nicho no ha sido explotado, desarrolló CataCombo Sound Systems, una serie de ataúdes con sistema de sonido hi-fi integrado que no sólo pone música al más allá: también permite preparar la lista de temas que acompañarán al fallecido.

“La alta fidelidad es mi gran pasión en la vida y me la llevaré hasta la tumba”, explicó Fredrik Hjelmquist, CEO de la firma Puase Ljud & Bild, mentora de los cajones que prometen sacudir o amenizar el descanso eterno por un mínimo de 23.500 euros. Los chiches, a la orden del día: primero, el CataCoffin, ataúd con altavoces, amplificador y subwoofer; segundo, la CataTomb, lápida que –en su interior– tiene un servidor con procesador de 2.5 GHz, 4GB de memoria interna, conexión 4G y pantalla de 7 pulgadas (para los que disfrutan los videoclips tanto como la música); finalmente, CataPlay, aplicación conectada a Spotify que permite editar los playlists online y hacerlos privados o colaborativos.

Así, mientras el productor llama a “abrazar la pasión por la música, en esta vida y la siguiente”, Hjelmquist enseña con el ejemplo y, desde su tienda en Estocolmo, reconoce que ya tiene su cajón preparado. También la lista de temas, porque “sólo por estar muerto uno no debe ser privado de la potencia que mejora la vida”. ¿Qué temas eligió el mentor de la idea? Pues, bajo el título “Pause 4-ever”, su set-list incluye tracks de The Smiths, Massive Attack, Joy Division, Band of Horses, entre otros.

Al parecer, habría evitado los clásicos temáticos más evidentes como “Knockin’ on Heaven’s Door”, “Hells Bells”, “Heaven”, “Song for the Dead”, “My Way”, “Tears in Heaven”, “Stairway to Heaven” o “Highway to Hell”, entre etcéteras dignos del cielo. O el infierno, según el caso.