Inglaterra lanzará unas tarjetas que, al ser frotadas, largan olor a marihuana. ¿Iniciativa progresista pro-cannabis? ¿Nuevo perfume para acondicionar el ambiente? Ni una ni otra: el proyecto es una propuesta –-botona– que intenta que el grueso de la población reconozca el olor de la sustancia para, así, poder denunciar plantaciones ilegales a la policía cuando se olfatee un aroma sospechoso. La campaña, que es llevada adelante por la organización Crimestoppers, intenta detener el crecimiento exponencial de las granjitas hogareñas que cosechan marihuana que, sólo en el último año, han crecido en un 15 por ciento. Según datos oficiales, la policía de West Yorkshire es la que más “viveros” ilícitos ha descubierto en lo inmediato (de 2010 a 2012, 1800 plantaciones) y, con la ayuda de los vecinos, planea seguir la racha ascendente. South Yorkshire lo sigue de cerca, con 1600 casos reportados en el mismo período. Otros puntos candentes del mapa inglés son Londres (más de 1200), Manchester (800) y Humberside (300). Andy Bliss, de la Asociación de Jefes de Policía (ACPO), asegura que “mucha gente no comprende que una casa vacía o un departamento en su calle con gente entrando y saliendo por las noches puede ser, en efecto, una granjita que comercializa cannabis”. Robert Critchell, de Crimestoppers, explica que está distribuyendo las tarjeras “porque no todo el mundo reconoce signos de cultivos de marihuana en su vecindario”. Crimestoppers distribuirá –en breve– 210 mil ejemplares por los hogares británicos con el objetivo de bajar las tasas de crimen (sic). Porque no hay nada más peligroso que alguien fumando una sustancia natural que ayuda a paliar dolores y baja el stress. Pero nada, ¿eh?