Para Wade Lind, lo importante no es viajar con estilo sino hacerlo con conciencia, en especial si se trata del último viaje de un hombre –aquel que hace como finadito desde el velatorio hasta el cementerio–. Con esta idea entre ceja y ceja, el propietario de la casa funeraria Sunset Hills, en Eugene, Oregon, decidió incorporar al mercado un paquete natural con entierro ecofriendly. Así, en vez de trasladar al fallecido en suntuosos y tradicionales coches –que consumen combustible y dañan el ambiente–, el curioso empresario lleva los ataúdes a la tumba... en triciclo.

La oferta se completa con féretros hechos a mano a base de bambú y tiene un costo de 3500 dólares, según informa el medio KVAL, para el cual la iniciativa “es única en su tipo en el mundo”. “Cuando la gente me ve pasar, mira dos veces. Este servicio expande la percepción y quita el miedo a la muerte”, destaca el empresario que bosquejó su primera bicicleta-carroza en una servilleta de McDonald’s, cuando vio llegar a un grupo de ciclistas y se le prendió la mórbida lamparita.

Dos semanas más tarde, ya había diseñado y construido un ejemplar de tres ruedas capaz de soportar el peso muerto gracias a un motor eléctrico energizado a pedal. “Me tomó un tiempo acostumbrarme a su uso, porque es largo y eso complica los giros”, explica el hombre que ya ha trasladado –con este sistema– cinco cuerpos y tiene lista de espera. Consultado acerca de sus inspiraciones, Lind devela que, a la hora de desarrollar el producto, tuvo un cadáver en mente: el suyo. “Algún día me gustaría que me trasladen así, porque es un sistema único y celebra la vida”, dice.