Que los niños vienen cada vez más despiertos y en sintonía con las nuevas tecnologías, no hay quien lo discuta. Ahora bien, que a los 14 meses de edad participen de subastas online –y compren automóviles– ya es otra historieta. Con poco más de un año, Sorella Stoute, una beba residente de Portland, Estados Unidos, se puso a jugar con el celular de su padre y, entre inconscientes manotazos, abrió la aplicación eBay, dando los clicks necesarios para adquirir un coche Austin Healey Sprite, modelo 1962.

“Menos mal que no compró el Porsche de 38 mil dólares que estaba mirando”, respiró Paul Stoute, progenitor de la despierta criatura, primero en enterarse de la andanza al recibir un e-mail del sitio de compra-venta que lo felicitaba por su reciente adquisición. Afortunadamente el chiste salió apenas 225 dólares y, de acuerdo con la madre de la niña, fue una buena inversión. “Vino con dos motores que están en el asiento trasero. De restaurarlos, podríamos venderlos en 14 mil dólares”, detalló la mujer.

Aunque, al comienzo, ni Paul ni su esposa Christiana estaban seguros de conservar el maltrecho vehículo, finalmente decidieron mantenerlo, realizarle las refacciones pertinentes y entregárselo a la purreta cuando cumpla 16 años y sus piecitos alcancen el acelerador. Hasta entonces, sin embargo, han resuelto no arriesgarse y mantener a raya a su pequeña hija que, para próximas compras, necesitará desentrañar los códigos de seguridad de los celulares de sus padres, cosa poco probable para su corta edad. Aunque, en vista de lo sucedido, no sería de extrañar que la familia Stoute tenga el próximo mes un avión, un tren o un payaso en su jardín. Depende de Sorella.