Domingo, 16 de mayo de 2010 | Hoy
ADIóS A LENA HORNE (1917-2010), LA MUJER QUE PADECIó SER NEGRA, AUN PARECIENDO BLANCA
Por ALFREDO GARCIA
Max Factor tuvo que diseñar un maquillaje especial para Lena Horne. Es que su tez era tan clara que el público podría confundirse y pensar que era blanca. Pero Lena Horne era negra, y no le hacía mucha gracia tener que usar ese maquillaje especialmente creado para ella por Factor, que lo bautizó “Dark Egyptian”.
Con el tiempo, alguna actriz blanca componiendo algún papel exótico –tipo esclava árabe– como Hedy Lamarr, daría el toque final a su caracterización étnica con el mismo “Dark Egyptian”. En el mercado latinoamericano, para que quede claro que la beldad no era blanca, a su exitosa película Stormy Weather (Andrew L. Stone, 1943) la tradujeron como Morena oscura. Desde el punto de vista actual cuesta entender la importancia que tuvo Lena Horne en la cultura popular: cantante, bailarina y actriz, Horne actuaba en el legendario Cotton Club siendo menor de edad, y tiempo después fue la primera artista negra en ser contratada a lo grande por un estudio como la MGM, que de todos modos no supo bien qué hacer con ella. La ironía del asunto es que esta chica apenas morena, casi como para pasar por blanca, se pasó su contrato con la Metro sin obtener ningún buen papel debido a su condición de negra. De hecho, esta primera estrella afroamericana del Hollywood mainstream terminó siendo incluida en las listas negras.
Lena Horne nació en Brooklyn el 30 de junio de 1917, y murió el domingo pasado en Manhattan. El presidente Obama expresó sus condolencias y elogió “su lucha incansable por la justicia y la igualdad”. La lucha empezó en su más tierna infancia: a los dos añitos, la pequeña Lena era la modelo de la portada del boletín mensual de la National Association for the Advancement of Colored People, en la que participaban sus abuelos, que la criaron cuando sus padres se separaron. Su madre se esfumó varios años en la vida nocturna de Harlem. Una década más tarde, ella se ocupó de conseguirle a su hija de 16 años una audición en el Cotton Club. Un año después, Lena debutaba en Broadway en el musical Dance with the Gods, como bailarina de una especie de baile vudú. En 1938 la contrató un estudio independiente, Million Dollar Productions, para actuar en una película, The Duke is Top. Años más tarde, la actriz contó que se negó a asistir a la première porque jamás le pagaron por su trabajo. Luego de casarse y tratar de ser una típica ama de casa suburbana, terminó volviendo a cantar en un club neoyorquino, donde un empresario la vio y decidió convertirla en la estrella del local que estaba por inaugurar en Hollywood, el Trocadero.
Ya en Hollywood, Lena Horne causa tal sensación que fue convocada por la MGM para firmar uno de los famosos contratos de siete años del estudio. Recordando aquellos tiempos, Lena confesó que su estrellato se lo debió casi por completo a la guerra: “Los soldados negros que estaban en el frente no podían pegar una foto de Betty Grable, pero sí podían poner la mía”. Su primer film como actriz para la Metro fue en la película de Vincente Minnelli, Cabin in the Sky (Una cabaña en las nubes, 1943), que protagonizó junto a Eddie “Rochester” Anderson, Ethel Waters, Rex Ingram, Louis Armstrong y Duke Ellington. Una escena con Lena cantando en una bañera resultó demasiado audaz para el estudio, que decidió cortarla.
Inmediatamente después, la Metro le prestó a Lena Horne a la Fox para su película mas famosa, Stormy Weather, en la que encabezaba un elenco que incluía a Cab Calloway y Fats Waller. La canción del título ha quedado como un tema clave en su carrera como cantante, y de hecho la película fue elegida entre los clásicos que merecen el cuidado del National Film Preservation Board de los Estados Unidos.
Por algún motivo, la carrera de Lena Horne como actriz no prosperó. Ella asegura que se debió a su fama de chica problemática, relacionada con artistas comprometidos como Paul Robeson, y debido a que en sus giras para el ejército se negaba a actuar sólo para soldados negros (hay una anécdota que asegura que terminó haciendo una función para soldados negros y prisioneros de guerra alemanes).
En todo caso, su carrera como actriz se terminó de golpe después de la guerra, y salvo algunas apariciones como cantante en algunos films, su siguiente papel importante lo tuvo recién en 1969 en el western con Richard Widmark, Pueblo sin ley, codirigido por Don Siegel y Robert Totten.
Olvidándose del cine, Lena Horne se convirtió en una estrella como cantante, y fue una eterna invitada a los más populares programas de TV. Entre sus discos más recomendables se puede citar Stormy Weather, que compila los temas de los años ’40, el LP en vivo Lena Horne at the Waldorf Astoria, de 1958 (¡el álbum de una cantante femenina más vendido en la historia de RCA Victor!) y el casi inconseguible Lena & Gabor, donde hace covers como “Rocky Raccoon” de Los Beatles junto al legendario guitarrista Gabor Szabo.
En 1981 resurgió en Broadway con el show Lena Horne: the Woman and her Music, que le dio un premio Tony y relanzó su carrera. Su última aparición fue en 1994 en el film de antología Erase una vez en Hollywood 3: ahí se la puede ver hermosa como nunca, cantando “Ain’t it the Truth”, en ese baño de espuma que el estudio prefirió cortar de Cabin in the Sky.
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