Promediando las listas de lo mejor del año de un lado y del otro del Atlántico, el indudable ganador del primer puesto es Kendrick Lamar, con su celebrado To Pimp a Butterfly. Detrás aparecen nuevos favoritos de los últimos tiempos, como Grimes y su Art Angels, Currents de Tame Impala y el debut como solista de Jamie xx, In Colour. Pero la gran sorpresa del primer pelotón es la californiana Julia Holter, una cantante que supo ser considerada experimental pero que con su cuarto disco, Have you in my wilderness, llegó incluso a robarse algún primer puesto. Otra sorpresa es ver como artistas africanos empiezan a asomar de manera natural en las listas, este año representados por los congoleños Mbongwana Star, y desde Mali tanto Basseu Kouyate como Songhoy Blues. Por supuesto, los grandes nombres nunca faltan, y los nuevos trabajos de Bjork y Wilco, asi como los regresos de New Order, Sleater Kinney, Blur y D’Angelo son una constante entre los primeros puestos. Tambien alternan en esos privilegiados lugares tanto megaestrellas como Adele y su estelar 25 como queridos del indie como Surfjan Stevens o Father John Misty. No hay que olvidar que desde los 160 rpm de un subgénero llamado footwork el debut de Jlin y su revolucionario Dark Energy se ha robado el año. Y, como ultimo detalle, agregar los debuts del canadiense Tobías Jesso Jr y la australiana Courtney Barnett, que de no haber picado tan alto en las listas se hubiesen ganado un lugar en estas páginas por derecho propio.